Es el lugar más castizo que visitar en Alicante. Comienza en las faldas del monte Benacantil y es el mejor camino para subir al castillo de Santa Bárbara. A su maraña de calles estrechas, se asoman casas bajas y de fachadas blancas, haciendo destacar aún más el colorido de las flores que adornan los estrechos balcones. En ellas se mezclan artistas, bohemios y los alicantinos de toda la vida.
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