Los ilicitanos de más edad lo recuerdan aún convertido en fábrica textil e incluso, de forma intermitente, en cárcel. El espectacular proceso de rehabilitación seguido por el palacio de Altamira, o alcázar de la Señoría, lo convierte en una de las fortalezas mejor conservadas de la provincia de Alicante, al tiempo que imprescindible punto de referencia monumental y vital para la ciudad. Residencia de los señores de Elche entre los siglos XV y XIX, su torre del Homenaje albergó también a monarcas -Jaime II, Pedro IV y los Reyes Católicos- durante su estancia en la villa y acogió las sesiones del Consejo General de la ciudad hasta el siglo XV. Fábrica y cárcel En la construcción del palacio de Altamira se distinguen varias fases. La primera se corresponde con el periodo islámico, entre los siglos XI y XIII. En la actualidad, junto a restos de viviendas y alcantarillado, no visibles, se pueden observar algunos lienzos de muralla de esta época, así como una puerta monumental y una torre, la del Homenaje, de la que sólo la planta baja pertenece a este periodo. La segunda fase, entre los siglos XV y XVI, se produce tras la toma de posesión del señorío por parte de Gutierre de Cárdenas. Esta reforma, definida por una contundente y amplia actuación, configura en líneas generales la actual fisonomía del palacio. Con posterioridad, en el siglo XVIII, el conde de Altamira adosó al lienzo original una casa señorial de dos plantas, que actualmente conforma su fachada sur. Su traza es poligonal, con ángulos definidos por cubos circulares en saliente, excepto la zona que ocupa la torre del Homenaje, de planta cuadrada y tres alturas. Sus salas y las dependencias del ala oeste albergaron intermitentemente una prisión desde el siglo XVIII hasta 1959. En 1915, el edificio fue adquirido por un industrial local, quien construyó una fábrica textil en el patio de Armas, adosada a la muralla Este, que funcionó hasta finales de los años sesenta, paralelamente con la cárcel. Este patio de Armas se convierte, en ocasiones, en magnífico escenario de actos culturales y sociales. Restauración Tras ser expropiado por el Ayuntamiento, en los años setenta del pasado siglo se llevó a cabo una restauración del edificio, incluidas las dependencias de la antigua fábrica, que una vez recuperadas se destinaron a albergar el Museo Arqueológico Municipal Alejandro Ramos Folqués. Tras otra rehabilitación en 2005, que sacó a la luz restos de la fortaleza original (incluida la alta puerta de acceso desde la ladera del río, cuya existencia se desconocía), el conjunto se integró en el nuevo Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE). Este centro se inauguró en 2006 coincidiendo con el regreso durante seis meses de la Dama de Elche, alojada en la planta baja de la torre del Homenaje, donde actualmente se exhibe una copia exacta del busto ibero, cedida por el Museo Arqueológico Provincial (MARQ).
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