Las pinturas rupestres, de hace más de 5000 años, pertenecen al periodo Neolítico. Se encuentra en el municipio de Altea, en la cara sur de la Sierra de Bernía. Las pinturas son apenas perceptibles pero hay que mantenerlas por ser un registro único en la zona. Es por ello que se encuentran detrás de una valla protegidos. Según los paneles informativos, lo que se ve son una serie de siete zig zag horizontales y paralelos. Su significado es desconocido para nosotros aunque se cree que estas figuras podrían evocar el agua y las ondas que provoca cuando está en movimiento. En la parte superior hay tres figuras humanas de cuerpo bitriangular que elevan sus brazos hacia la cabeza o hacia el cielo Estos antropomorfos se asocian con mujeres, ya que en el arte neolítico las figuras femeninas siempre se representan portando faldas. Por encima de ellas se disponen de forma simétrica, dos motivos con forma de sol y, a los lados, conjuntos de zigzags y puntos. En la cara inferior se observan dos figuras humanas con el cuerpo constituido por una barra ancha, la cabeza circular y los brazos apoyados en la cintura. Su forma, carente de atributos femeninos, podría indicar que se trata de hombres. Junto a ellos se observan varios conjuntos de motivos geométricos como barras y puntos y, en la parte superior, cuatro figuras con forma de soles. La existencia de motivos de tipo de astral “soles” y la representación figurada del agua (zigzags y puntos), llevan a pensar que esta narración podría relacionarse con la observación de fenómenos astronómicos y meteorológicos
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