Monforte del Cid, ubicado en la comarca del Medio Vinalopó, es el primer municipio que encontramos tras dejar la capital de la provincia, Alicante; está Declarado como “Municipio Turístico” por la Generalitat Valenciana desde 2010. Posee una situación privilegiada, ya que se encuentra a 20 Km. de Alicante, y muy bien comunicado a través de la Autovía Madrid- Alicante (A-31) (que conecta con el interior peninsular), a la Autopista del Mediterráneo (AP-7) (que conecta con Valencia y Cataluña) y a la circunvalación de Alicante (que conecta con Elche, Murcia y Andalucía), y a 10 min. del Aeropuerto de Alicante y del Puerto de Alicante. Nompot, nombre original de Monforte del Cid, cuenta con la distinción monárquica deVilla Real, Leal y Fiel, destacando el Toisón de Oro de su escudo. Ha sabido mantener la estructura característica del núcleo tradicional, de casas familiares bajas, junto a los edificios de nueva creación en los ensanches y nuevas áreas de expansión de la ciudad que la dotan de modernidad. La economía del municipio se basa en el cultivo de la uva de mesa embolsada (condenominación de origen Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó) y en la industria del mármol, aunque en la actualidad el desarrollo de los nuevos espacios industriales está diversificando su actividad industrial y comercial, configurándose como un centro logístico de gran importancia. En menor medida, también cuenta con otras industrias como son las destilerías de anisados y licores, cuyo Anís Paloma de Monforte del Cid se encuentra dentro del Consejo Regulador de Bebidas Espirituosas Tradicionales de Alicante. Monforte del Cid ofrece al visitante oportunidades de ocio cultural, deportivo y gastronómico, aunando lo más tradicional de nuestra historia, cultura y gastronomía, junto con lo más novedoso en deportes de naturaleza y golf. Qué hacer en Monforte del Cid: Golf: “Alenda Golf” y “Font del Llop Golf Resort” suponen un foco de atracción de un turismo que busca la práctica del deporte al aire libre. Senderismo: senderos señalizados de pequeño recorrido PR-CV 179 y 179.1, y PR-CV 342 , y un sendero local SL-CV 126 Camino de San Pascual Otros Caminos: Camino de Santiago (existe un camino que conecta la mismísima explanada de Alicante con la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, se le conoce como el Camino de Levante y pasa por Monforte del Cid) y Camino del Cid (es un itinerario turístico cultural que sigue las huellas del caballero medieval descritas en el Cantar de mío Cid, uno de los grandes poemas épicos de la literatura universal) Gastronomía: Entrantes (Tortas monfortinas de sardina o morcilla de cebolla y embutidos típicos) Platos (Paella de arroz con conejo y caracoles, gazpachos manchegos, pelotas, gachamiga, caldo al cielo (Patatas, bacalao, huevos y tomate) y arroz caldoso) Postres (Uva de mesa del Vinalopó, tortada monfortina y pastas típicas del municipio) Bebidas (Anises y licores, como el licor de Mandarina o el anís de paloma, con el cual se realizan las palomas y canarios) de las empresas Destilerías Limiñana y Botella y de Destilerías Monforte del Cid: Paloma: Se elabora mezclando una parte de anís y tres de agua fría. Canario: Se elabora mezclando una parte de anís, un chorro de jarabe de limón y tres de agua fría. Fiestas: Romería de San Pascual (Feria y Fiestas mes de mayo hasta 17 de mayo, día de la festividad del santo), lugar de peregrinación que acaba en lo alto de la Sierra de las Águilas, en la Cueva de San Pascual, llegando a congregar hasta 100.000 personas. Fiestas declaradas de INTERÉS TURÍSTICO PROVINCIAL de la C. Valenciana. Fiestas de Moros y Cristianos, en honor a la Patrona, la Inmaculada Concepción, del 5 al 9 de Diciembre, son muy importantes por varias razones: Cierran el calendario festivo anual de la Comunidad Valenciana; son muy visitadas al coincidir con las festividades del 6 y 8 de Diciembre y cuentan con un porcentaje de participación muy alto (más del 35%). Fiestas declaradas de INTERÉS TURÍSTICO PROVINCIAL de la C. Valenciana. A lo largo del año existen otras fiestas de barrios como son las de San Roque, Santo Cristo, San Ramón o la Virgen de Orito.
Si vienes a nuestro municipio te prometemos que no vas a tener tiempo para aburrirte. Tienes de todo para disfrutar de tus vacaciones: más de 3.200 horas de sol al año, una temperatura media de 18º, playas de ensueño, vestigios romanos en diferentes ubicaciones, naturaleza en estado puro para sentir por los 5 sentidos, paseos frente al mar para desconectar del estrés, plazas en las que tomar un tentenpié o una buena comida o cena, un campo de golf donde probar tu puntería, una red cicloturística para que recorras el pueblo sin humos, un club náutico donde te enseñarán a conquistar nuestro trocito de mar Mediterráneo, … Todo esto y mucho más en Pilar de la Horadada ¡Vívela!
Es un sitio ideal para veranear con la familia. Tiene de todo!
Está situado al noreste de la comarca de la Marina Alta, en la depresión prelitoral del norte del prebético valenciano. Las estribaciones de la sierra de Segaria, en la zona norte del término, constituyen las únicas elevaciones de su territorio, por lo demás bastante llano. Lo cruzan el barranco de la Fusta y los ríos Verde y Girona que comienza a construir su delta aguas abajo de la villa. El núcleo urbano principal se encuentra a 4 km. de la costa mediterránea a orillas del río Girona. Su término municipal (sin acceso al litoral) es prácticamente llano, a excepción de la Sierra de Segaria (370 m.), situada en la parte noroeste del municipio. Su término municipal limita con los de Beniarbeig, Benimeli, Denia, Pedreguer y Vergel. Tiene un clima típicamente mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos, siendo la temperatura media anual de 18 °C. Los primeros vestigios de asentamientos humanos próximos a Ondara se localizan en las cuevas del Colom y del Corb (paleolítico mediano) y cueva Fosca (eneolítico) en la sierra de Segaria, y en la cima de ésta, con un poblado ibérico. Sobre las distintas teorías que explicarían el topónimo ONDARA, parece que la del profesor Manuel Sanchís Guarner sea la más rigurosa. Según el, procedería de ONDAR, vocablo ibérico que significa arenal. Especial interés tienen, por su proximidad al casco urbano actual y ligado a la llegada de colonos romanos a Dénia, la aparición de varias villas, necrópolis y cerámica romana en las partidas del Pla de la Font, Pujades y Vinyals, donde se han recuperado numerosos vestigios. Tanto el pueblo (llamado entonces Ondia) como su castillo son de origen musulmán. Existe constatación documental de que el Cid Campeador ocupó temporalmente el castillo, desde donde amenazó en 1089 la ciudad de Denia, que pertenecía en ese momento al rey de Lérida de la dinastía hudí Al Mundir al-Hayib. Posteriormente, fue atacada por Alfonso I el Batallador en el curso de su expedición militar por Andalucía en 1125. No obstante, es el rey Jaime I de Aragón quien entró en el lugar el 6 de junio de 1244 y la anexionó al Reino de Valencia. Durante este tiempo, el pueblo perteneció, a veces a los reyes, otras a diversos señores particulares, como Berenguer de Pablo, Pedro Episcopal, etc. En el año 1323 se dieron, población y término, por el rey Jaime II a su hijo Pedro, Infante de Aragón. A principios del siglo XVI, Ondara será escenario de algunos pasajes bélicos de la guerra de las Germanías (1520-1523). Estuvieron Vicente Peris, líder del movimiento agermanado, y el Marqués de Zenete, hermano de Diego Hurtado de Mendoza, virrey de Valencia, por el otro bando. La población siguió siendo mayoritariamente de religión islámica hasta la expulsión de los moriscos en 1609, tras la que la población pasó de 1.000 a 200 habitantes. Nuevos pobladores procedentes de otros lugares de la comarca y de Baleares vinieron entonces a llenar el vacío demográfico producido. El siglo XVII será un periodo de lenta recuperación demográfica y económica, con algunos brotes de peste bubónica, hasta llegar a la Guerra de Sucesión, donde su participación activa a favor del Archiduque Carlos de Austria, le supuso, después de la derrota, una venganza por las tropas borbónicas. Ondara fue quemada y saqueada. El cultivo de la pasa fue el motor del crecimiento urbanístico del siglo XIX, que se vio truncado por la epidemia de filoxera de principios del siglo XX; ésta acabó con la economía local y condenó a los ondarenses a la emigración, sobre todo a Argentina y a la Argelia francesa. Monumentos y Lugares de interés Torre del reloj. Es la única torre que queda en pie de las cuatro con que contaba el antiguo castillo musulmán de Ondara. Acoge el reloj del pueblo, con un impresionante mecanismo de principios de siglo y un campanario artístico. Ayuntamiento. El edificio, levantado en la primera mitad del siglo XVII por los franciscanos mínimos sobre un solar dado por el Marqués de Guadalest, es de planta cuadrada, con un claustro central, y se trata del convento, propiamente dicho, o casa habitación de los frailes. Convento. Es un edificio que data del siglo XVII, de un estilo poco definido y sencillo. Denominado históricamente como Convento de la Purísima Concepción, en realidad se trata de la iglesia del convento contiguo, hoy Ayuntamiento. En la actualidad guarda la imagen de la Virgen de la Soledad, patrona de Ondara. Fue fundado por la orden de los franciscanos mínimos, los cuales la ocuparon hasta la desamortización, a mediados del siglo XIX. Iglesia Parroquial. Es la sede de la Parroquia de Santa Ana. Edificio construido en la segunda mitad del sigo XVI, ha sido rehabilitado recientemente. No posee un estilo definido. Plaza de Toros. Fue construida entre finales del siglo pasado y principios del actual con algunos elementos de estilo arabesco y con una sólida estructura de mampostería y mortero. Inaugurada el 28 de octubre de 1901, fue destruida casi completamente en la Guerra Civil Española y reconstruida en 1957. El Azud. Es una pequeña presa de piedra, de origen musulmán. Lugar fresco en verano gracias a los olmos que surcan la vera del barranco, y de esparcimiento para los pequeños. Se ha repoblado de aves como patos, gansos y ocas, aunque actualmente no se ven a menudo. Parque Público Segaria. Área recreativa municipal de 94.000 m² situada en la Sierra de Segaria. Construida con fondos europeos en 1996, cuenta con los elementos imprescindibles para pasar un día ideal al aire libre. El acceso se realiza a través de un camino rural, a la derecha de la carretera local del Puente del Vergel a Beniarbeig. Fiestas Fiestas Patronales. Se celebran el segundo fin de semana de julio en honor a la Virgen de la Soledad. Es la fiesta religiosa más importante del pueblo y de un gran renombre en la comarca. San Jaime. Son las fiestas populares y las más participativas. Las organiza el Ayuntamiento. Los actos principales son las entradas de toros, desde la calle Mayor hasta la Plaza de Toros, y el toro embolado. Actualmente la mayoría de actividades está orientadas alrededor de las peñas y quintadas, organizadas en garitos.
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Al norte de Alicante, en el bello Parque Natural de la Sierra Mariola, su famoso santuario de peregrinación cuenta en su entorno con unas singulares obras hidráulicas de la época musulmana, así como con unas singulares fiestas medievales. Es un lugar aislado perfecto para descansar y hacer turismo activo por el parque. gres pertenece en la comarca del Comtat. Está situado al norte de sierra Mariola, y de la provincia de Alicante, su término limita con las poblaciones de Bocairente, Alfafara, Ontinyent, Agullent, Muro y Cocentaina. Agres se encuentra a una altura sobre el nivel del mar de 722 metros y su población es de unos 650 habitantes. La población de Agres se dedica tradicionalmente al cultivo y desde hace unos años especialmente al turismo, sobre todo a la hostelería. Vista de Agres desde MariolaEl casco urbano de Agres está situado aproximadamente en el centro de su término, y se encuentra ubicado dentro de la sierra Mariola y por lo tanto dentro del parque Natural de la Mariola, se puede decir que Agres es el acceso más natural y más conocido a este parque natural y esta sierra. Así mismo su casco urbano tiene una forma alargada y en pendiente, debido a la situación del pueblo que se encuentra en las primeras estribaciones de la sierra. Su etimología puede venir del latín “Àger” campo o de “agger”, que quiere decir altura o elevación. El término de Agres fue habitado por el hombre desde los tiempo más remotos. Los yacimientos arqueológicos de la Cueva Beneito, la Solana, Carbonell, la Covacha El emparetà, la cueva del Moro, la cueva los Pilares, la Muela de Agres, el Pico de la Águila, el Cabeço de Mariola y la Covalta, se han descubiertos restos del hombre paleolítico, 40.000 a 30.000 años antes de Cristo y del Neolítico, 500 años antes de Cristo. El año 76 antes de Cristo, coincidiendo con la época del Emperador romano Cesar Augusto, se constata la presencia de los romanos por estas tierras, ejemplo de la romanización de la Valleta de Agres es el yacimiento arqueológico del Cabeço de Mariola, en el que se han encontrado diversas cerámicas románicas, así como monedas del siglo I. El rey Jaime I el Conquistador a principios del año 1245 conquistó el territorio que comprende la actual Mariola. El año 1248 se realizó la entrega de las tierras recientemente conquistadas a una serie de pobladores cristianos, en su mayoría aragoneses y catalanes. A Pelegrí Baldoví y cuatro miembros de su familia se entregó unas casas a Agres con 80 jovadas de terreno. El 15 de enero de 1388 el Rey Joan el Cazador vendió Agres y su castillo a su “mayordomo”, Andrés Guillermo Scribé. En la segunda mitad del siglo XV pasaron al conde de Cocentaina Joan Roig de Corella y más tarde a la familia Calatayud. En 1512 figuró como señor Joan de Calatayud, y más tarde quedó vinculada al conde Cirat, que la poseyó hasta la primera mitad del siglo XIX, cuando quedaron suprimidos los señoríos. Agres fue una de las 45 villas de señorío del reino de Valencia, Agres perteneció durante todo el siglo XVIII al Conde Cirat. A principios del siglo XX, Agres llega a tener una población de casi 1300 habitantes, la cual empezó a decrecer a partir de los años 40-50 a causa de la no industrialización y por la migración de nuestras gentes a las ciudades industriales del alrededor.
Años de historia íbera, romana, árabe y cristiana han configurado el carácter de este pueblo llamado Benissa. Si nos remontamos milenios atrás, diferentes descubrimientos sugieren el desarrollo de cierta actividad prehistórica de Benissa: el hallazgo de pequeñas pinturas rupestres así como el de monedas, ánforas, etc., nos indica también el paso de los romanos por nuestras tierras. Sin embargo, el origen del topónimo que da nombre a nuestra población, Benissa (Banu-Issa), se considera árabe. También hoy, la mayor parte de las partidas rurales del término conservan su nombre árabe. Ello confirma la tesis histórica que señala la existencia de un importante núcleo de población arábiga cuando Jaume I el Conquistador llega en 1.248 a Benissa. Tras la expulsión de los moriscos (1.609), nuestra geografía fue repoblada por gentes procedentes de los Pirineos, Cataluña y Aragón. De esta época datan las murallas que circundaban la villa, de cuyos restos quedan aún pequeños vestigios. Recorrer Benissa es también conocerla a través de sus sabores y olores. La gastronomía de la cocina valenciana se ofrece aquí reforzada a través de platos originales y sabrosos, de especies, productos de mar y campo, y un mimo especial que hacen del plato en la mesa un manjar. Nombres que abren el apetito como "Borreta de melva", "Bull amb ceba", "Mullador de pelleta", "Sang amb ceba", "Putxero de polp", "Mullador de sangatxo", "Coques al calfó i amb mullador". La variedad de arroces es casi infinita destacando entre ellos el "arròs al forn", el "arròs amb faba pelada", el "arròs amb fèsols i naps", el "arròs de senyoret", el "arròs a banda" y un largo etcétera. Mención especial merecen los embutidos artesanales que han conseguido pasear el nombre del pueblo de Benissa y de la comarca de la Marina por todos los ámbitos nacionales. Ello es debido a su excelente sabor y a que los carniceros artesanales locales siguen empleado las fórmulas de sus antepasados.
Lo primero que llama la atención de Torrevieja es su entorno, en el que destacan dos lagunas saladas, una rosa y otra verde, que conforman el Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja. Entre las dos ocupan un total de 3.700 Has., nada menos que el 52% del territorio local, y recogen una enorme riqueza biológica reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Por esto, hemos de hablar desde el principio de un municipio turístico singular, donde el medio ambiente se erige como un importante activo turístico. El origen de Torrevieja no es menos curioso. Todo empieza con la actividad pesquera, allá por el S. XVIII, cuándo los pescadores y marineros empiezan a utilizar la costa torrevejense para refugiarse en los días de "mala mar". Desde aquellos tiempos, el por aquel entonces pueblo, empieza a acoger marinos de distinta procedencia, sobre todo emigrantes napolitanos y genoveses, cosa que por otro lado es fácil de constatar en Torrevieja, dónde destacan los apellidos italianos como Parodi, Zechini, Boracino, Fortepiani, etc. Por cierto, ¿sabes por qué Torrevieja se llama Torrevieja? Hablar de esta ciudad es hablar fundamentalmente de dos cosas: sal y mar. Sal en primer lugar, porque es el verdadero origen de este pueblo. Desde antaño, el espacio torrevejense ha sido un lugar propicio para la explotación de la sal generada en la Laguna de Torrevieja, lo que dio lugar a que en el año 1803 se trasladase a Torrevieja la Administración de las Reales Salinas, situadas en la cercana pedanía de La Mata. Éste ha sido el verdadero origen de la ciudad, al permitir la fijación de población. Es así como los torrevejenses empezaron a desarrollar un pueblo cuyo nombre deviene de la antigua Torre Vigía, o Vieja, situada en las Eras de la Sal, el antiguo embarcadero de sal. Es en estos momentos cuando se desarrollan distintas actividades, entre las que va a destacar el comercio marítimo de la sal con destino en diversos puertos del Caribe. Este apreciado mineral era intercambiado por productos exóticos como la caña de azúcar, madera de caoba, etc. Como resultado de esos viajes de ida y vuelta nace la habanera, el canto torrevejense por excelencia, que adaptaron los marineros como forma de expresar las experiencias vividas en sus largas travesías.
Torre vigía defensiva del S. XVI Esta torre, de 13.5 m de altura forma parte de la red de fortificaciones alzadas a lo largo de la costa, en el S. XVI para prevenir las constantes incursiones de los piratas berberiscos. La torre circular de forma troncocónica presenta dos cuerpos superpuestos, actuando el inferior como contrafuerte de la estructura. La puerta de acceso a su interior está elevada de la base. Dos matacanes defienden la puerta de acceso. Destaca el escudo de armas de Carlos V, con 4 barras, corona del antiguo Reino de Valencia y el águila bicéfala de los Austria. En el interior los diferentes niveles se comunican por una obertura, a la que se accede por medio de una escalera móvil o simple cuerda. Se tiene constancia de otro torreón ubicado en el actual faro de Sant Antoni, además de la torre de l’Almadrava . Las torres tenían comunicación visual, aunque también utilizaban otros medios, como señales con espejos, fuego, etc. Disponían de guardias que se encargaban tanto de la custodia de las mismas, como de eventuales traslados a otras torres o ciudadelas para avistar cualquier peligro. SITUACIÓN La torre de Gerro se encuentra al final de la carretera de Les Rotes, en el límite con el término municipal de Xàbia. El acceso hasta ella se debe hacer andando, aunque es posible aproximarse en vehículo hasta unos 300 metros por un camino asfaltado que atraviesa toda la urbanización que se halla en esa montaña, hasta llegar por la calle Vía Láctea a camino sin salida.
Esta iglesia en honor a San Lorenzo Mártir de estilo románico data del siglo XVI, siendo una de las más antiguas de Alicante. Es uno de los elementos arquitectónicos más antiguos del municipio y mejor guardados. Está emplazada en el centro del núcleo urbano, y con el lateral del edificio, se configura la Plaza de José Pico, que alberga el edificio del Ayuntamiento. La iglesia fue construida antes de 1596, en dos o tres fases distintas, e intervinieron varios arquitectos. Es de planta rectangular, con capillas laterales entre los contrafuertes. En el interior aparecen dos cúpulas; la menor, de planta circular, se desarrolla sobre pechinas y tambor, situándose en uno de los brazos del transepto, en la capilla de la Comunión. En el crucero está la cúpula mayor, también resuelta sobre pechinas y tambor. En 1816 sufrió un incendio y fue restaurada la bóveda central. Por último, se hizo la nave lateral derecha y la capilla de la comunión, neoclásica. En lo alto, había un órgano que fue instalado por Fermín Usarralde. La fachada principal, levantada con una fábrica de sillares no careados, se resuelve mediante un plano desornamentado en el que destacan dos elementos. Por un lado la portada, ejecutada con sillares, donde el hueco de acceso se enmarca entre dos pilastras que sostienen un entablamento. Sobre este se desarrolla una composición templaria con dos pilastras que dan lugar a un nuevo entablamento, que esta vez sostiene un frontón triangular. El otro elemento singular es la torre, de planta cuadrada, rematada con una cubierta a cuatro aguas y que presenta huecos que marcan ligeramente una forma de arco de herradura.
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