Elda es una ciudad de la provincia de Alicante. Ubicada a orillas del río Vinalopó, es la capital y ciudad más importante de la comarca del Medio Vinalopó. La principal actividad económica de la población es la industria de calzado, en particular el femenino. Entre el patrimonio cultural del municipio, destacan el castillo de Elda, una fortificación emplazada en un pequeño cerro junto al río Vinalopó; la iglesia de Santa Ana, fundada en 1528 sobre los restos de una mezquita; y el yacimiento Íbero-Romano del Monastil, que se asienta sobre otro de la Edad del Bronce (1800-1000 a.C.).
Un pueblo muy bonito con más vida de lo que pensaba. Mucho comercio de calidad.
La isla de Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y se encuentra frente a la ciudad de Alicante y cerca del cabo de Santa Pola. Las aguas de Tabarca son reserva marina del Mediterráneo por su excelente calidad y por la biodiversidad de su flora y fauna. La visita típica suele ser de un día. Existen múltiples salidas, con mayor o menor regularidad en función de la temporada, desde el puerto de Alicante en un cómodo paseo marítimo de aproximadamente una hora de duración. También se puede acceder desde Santa Pola, o Benidorm. Una vez en la isla, los visitantes podrán disfrutar de calas y playas de aguas transparentes y de un pintoresco puerto marinero, con una excelente oferta de restauración, con la posibilidad de degustar el tradicional caldero tabarquino, el plato típico de la isla. Se recomienda pasear por el núcleo urbano y visitar el museo de la isla. El visitante puede alojarse en la propia isla debido a la apertura de establecimientos de alojamiento en los últimos años.
Este hermoso pueblo sorprende incluso antes de llegar a él. Una de las panorámicas más fotografiadas por los turistas suele ser la vista de su casco antiguo situado sobre una colina, la cual se divisa nada más acabar de pasar La Nucía, ya que solamente distan 2 kilómetros entre ambas poblaciones. La arquitectura de su núcleo histórico es claramente de estilo morisco y su situación, antiguamente con fines estratégicos, resulta en la actualidad un reclamo turístico por lo espectacular de sus vistas con el campanario de su iglesia como protagonista. Sus orígenes se remontan a la época íbera. Su castillo, situado en lo más alto del cerro, ha sido un enclave militar estratégico para todas las culturas que por él han pasado.
Lo primero que llama la atención de Torrevieja es su entorno, en el que destacan dos lagunas saladas, una rosa y otra verde, que conforman el Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja. Entre las dos ocupan un total de 3.700 Has., nada menos que el 52% del territorio local, y recogen una enorme riqueza biológica reconocida tanto a nivel nacional como internacional. Por esto, hemos de hablar desde el principio de un municipio turístico singular, donde el medio ambiente se erige como un importante activo turístico. El origen de Torrevieja no es menos curioso. Todo empieza con la actividad pesquera, allá por el S. XVIII, cuándo los pescadores y marineros empiezan a utilizar la costa torrevejense para refugiarse en los días de "mala mar". Desde aquellos tiempos, el por aquel entonces pueblo, empieza a acoger marinos de distinta procedencia, sobre todo emigrantes napolitanos y genoveses, cosa que por otro lado es fácil de constatar en Torrevieja, dónde destacan los apellidos italianos como Parodi, Zechini, Boracino, Fortepiani, etc. Por cierto, ¿sabes por qué Torrevieja se llama Torrevieja? Hablar de esta ciudad es hablar fundamentalmente de dos cosas: sal y mar. Sal en primer lugar, porque es el verdadero origen de este pueblo. Desde antaño, el espacio torrevejense ha sido un lugar propicio para la explotación de la sal generada en la Laguna de Torrevieja, lo que dio lugar a que en el año 1803 se trasladase a Torrevieja la Administración de las Reales Salinas, situadas en la cercana pedanía de La Mata. Éste ha sido el verdadero origen de la ciudad, al permitir la fijación de población. Es así como los torrevejenses empezaron a desarrollar un pueblo cuyo nombre deviene de la antigua Torre Vigía, o Vieja, situada en las Eras de la Sal, el antiguo embarcadero de sal. Es en estos momentos cuando se desarrollan distintas actividades, entre las que va a destacar el comercio marítimo de la sal con destino en diversos puertos del Caribe. Este apreciado mineral era intercambiado por productos exóticos como la caña de azúcar, madera de caoba, etc. Como resultado de esos viajes de ida y vuelta nace la habanera, el canto torrevejense por excelencia, que adaptaron los marineros como forma de expresar las experiencias vividas en sus largas travesías.
Años de historia íbera, romana, árabe y cristiana han configurado el carácter de este pueblo llamado Benissa. Si nos remontamos milenios atrás, diferentes descubrimientos sugieren el desarrollo de cierta actividad prehistórica de Benissa: el hallazgo de pequeñas pinturas rupestres así como el de monedas, ánforas, etc., nos indica también el paso de los romanos por nuestras tierras. Sin embargo, el origen del topónimo que da nombre a nuestra población, Benissa (Banu-Issa), se considera árabe. También hoy, la mayor parte de las partidas rurales del término conservan su nombre árabe. Ello confirma la tesis histórica que señala la existencia de un importante núcleo de población arábiga cuando Jaume I el Conquistador llega en 1.248 a Benissa. Tras la expulsión de los moriscos (1.609), nuestra geografía fue repoblada por gentes procedentes de los Pirineos, Cataluña y Aragón. De esta época datan las murallas que circundaban la villa, de cuyos restos quedan aún pequeños vestigios. Recorrer Benissa es también conocerla a través de sus sabores y olores. La gastronomía de la cocina valenciana se ofrece aquí reforzada a través de platos originales y sabrosos, de especies, productos de mar y campo, y un mimo especial que hacen del plato en la mesa un manjar. Nombres que abren el apetito como "Borreta de melva", "Bull amb ceba", "Mullador de pelleta", "Sang amb ceba", "Putxero de polp", "Mullador de sangatxo", "Coques al calfó i amb mullador". La variedad de arroces es casi infinita destacando entre ellos el "arròs al forn", el "arròs amb faba pelada", el "arròs amb fèsols i naps", el "arròs de senyoret", el "arròs a banda" y un largo etcétera. Mención especial merecen los embutidos artesanales que han conseguido pasear el nombre del pueblo de Benissa y de la comarca de la Marina por todos los ámbitos nacionales. Ello es debido a su excelente sabor y a que los carniceros artesanales locales siguen empleado las fórmulas de sus antepasados.
Al norte de Alicante, en el bello Parque Natural de la Sierra Mariola, su famoso santuario de peregrinación cuenta en su entorno con unas singulares obras hidráulicas de la época musulmana, así como con unas singulares fiestas medievales. Es un lugar aislado perfecto para descansar y hacer turismo activo por el parque. gres pertenece en la comarca del Comtat. Está situado al norte de sierra Mariola, y de la provincia de Alicante, su término limita con las poblaciones de Bocairente, Alfafara, Ontinyent, Agullent, Muro y Cocentaina. Agres se encuentra a una altura sobre el nivel del mar de 722 metros y su población es de unos 650 habitantes. La población de Agres se dedica tradicionalmente al cultivo y desde hace unos años especialmente al turismo, sobre todo a la hostelería. Vista de Agres desde MariolaEl casco urbano de Agres está situado aproximadamente en el centro de su término, y se encuentra ubicado dentro de la sierra Mariola y por lo tanto dentro del parque Natural de la Mariola, se puede decir que Agres es el acceso más natural y más conocido a este parque natural y esta sierra. Así mismo su casco urbano tiene una forma alargada y en pendiente, debido a la situación del pueblo que se encuentra en las primeras estribaciones de la sierra. Su etimología puede venir del latín “Àger” campo o de “agger”, que quiere decir altura o elevación. El término de Agres fue habitado por el hombre desde los tiempo más remotos. Los yacimientos arqueológicos de la Cueva Beneito, la Solana, Carbonell, la Covacha El emparetà, la cueva del Moro, la cueva los Pilares, la Muela de Agres, el Pico de la Águila, el Cabeço de Mariola y la Covalta, se han descubiertos restos del hombre paleolítico, 40.000 a 30.000 años antes de Cristo y del Neolítico, 500 años antes de Cristo. El año 76 antes de Cristo, coincidiendo con la época del Emperador romano Cesar Augusto, se constata la presencia de los romanos por estas tierras, ejemplo de la romanización de la Valleta de Agres es el yacimiento arqueológico del Cabeço de Mariola, en el que se han encontrado diversas cerámicas románicas, así como monedas del siglo I. El rey Jaime I el Conquistador a principios del año 1245 conquistó el territorio que comprende la actual Mariola. El año 1248 se realizó la entrega de las tierras recientemente conquistadas a una serie de pobladores cristianos, en su mayoría aragoneses y catalanes. A Pelegrí Baldoví y cuatro miembros de su familia se entregó unas casas a Agres con 80 jovadas de terreno. El 15 de enero de 1388 el Rey Joan el Cazador vendió Agres y su castillo a su “mayordomo”, Andrés Guillermo Scribé. En la segunda mitad del siglo XV pasaron al conde de Cocentaina Joan Roig de Corella y más tarde a la familia Calatayud. En 1512 figuró como señor Joan de Calatayud, y más tarde quedó vinculada al conde Cirat, que la poseyó hasta la primera mitad del siglo XIX, cuando quedaron suprimidos los señoríos. Agres fue una de las 45 villas de señorío del reino de Valencia, Agres perteneció durante todo el siglo XVIII al Conde Cirat. A principios del siglo XX, Agres llega a tener una población de casi 1300 habitantes, la cual empezó a decrecer a partir de los años 40-50 a causa de la no industrialización y por la migración de nuestras gentes a las ciudades industriales del alrededor.
espectacular
Está situado al noreste de la comarca de la Marina Alta, en la depresión prelitoral del norte del prebético valenciano. Las estribaciones de la sierra de Segaria, en la zona norte del término, constituyen las únicas elevaciones de su territorio, por lo demás bastante llano. Lo cruzan el barranco de la Fusta y los ríos Verde y Girona que comienza a construir su delta aguas abajo de la villa. El núcleo urbano principal se encuentra a 4 km. de la costa mediterránea a orillas del río Girona. Su término municipal (sin acceso al litoral) es prácticamente llano, a excepción de la Sierra de Segaria (370 m.), situada en la parte noroeste del municipio. Su término municipal limita con los de Beniarbeig, Benimeli, Denia, Pedreguer y Vergel. Tiene un clima típicamente mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos, siendo la temperatura media anual de 18 °C. Los primeros vestigios de asentamientos humanos próximos a Ondara se localizan en las cuevas del Colom y del Corb (paleolítico mediano) y cueva Fosca (eneolítico) en la sierra de Segaria, y en la cima de ésta, con un poblado ibérico. Sobre las distintas teorías que explicarían el topónimo ONDARA, parece que la del profesor Manuel Sanchís Guarner sea la más rigurosa. Según el, procedería de ONDAR, vocablo ibérico que significa arenal. Especial interés tienen, por su proximidad al casco urbano actual y ligado a la llegada de colonos romanos a Dénia, la aparición de varias villas, necrópolis y cerámica romana en las partidas del Pla de la Font, Pujades y Vinyals, donde se han recuperado numerosos vestigios. Tanto el pueblo (llamado entonces Ondia) como su castillo son de origen musulmán. Existe constatación documental de que el Cid Campeador ocupó temporalmente el castillo, desde donde amenazó en 1089 la ciudad de Denia, que pertenecía en ese momento al rey de Lérida de la dinastía hudí Al Mundir al-Hayib. Posteriormente, fue atacada por Alfonso I el Batallador en el curso de su expedición militar por Andalucía en 1125. No obstante, es el rey Jaime I de Aragón quien entró en el lugar el 6 de junio de 1244 y la anexionó al Reino de Valencia. Durante este tiempo, el pueblo perteneció, a veces a los reyes, otras a diversos señores particulares, como Berenguer de Pablo, Pedro Episcopal, etc. En el año 1323 se dieron, población y término, por el rey Jaime II a su hijo Pedro, Infante de Aragón. A principios del siglo XVI, Ondara será escenario de algunos pasajes bélicos de la guerra de las Germanías (1520-1523). Estuvieron Vicente Peris, líder del movimiento agermanado, y el Marqués de Zenete, hermano de Diego Hurtado de Mendoza, virrey de Valencia, por el otro bando. La población siguió siendo mayoritariamente de religión islámica hasta la expulsión de los moriscos en 1609, tras la que la población pasó de 1.000 a 200 habitantes. Nuevos pobladores procedentes de otros lugares de la comarca y de Baleares vinieron entonces a llenar el vacío demográfico producido. El siglo XVII será un periodo de lenta recuperación demográfica y económica, con algunos brotes de peste bubónica, hasta llegar a la Guerra de Sucesión, donde su participación activa a favor del Archiduque Carlos de Austria, le supuso, después de la derrota, una venganza por las tropas borbónicas. Ondara fue quemada y saqueada. El cultivo de la pasa fue el motor del crecimiento urbanístico del siglo XIX, que se vio truncado por la epidemia de filoxera de principios del siglo XX; ésta acabó con la economía local y condenó a los ondarenses a la emigración, sobre todo a Argentina y a la Argelia francesa. Monumentos y Lugares de interés Torre del reloj. Es la única torre que queda en pie de las cuatro con que contaba el antiguo castillo musulmán de Ondara. Acoge el reloj del pueblo, con un impresionante mecanismo de principios de siglo y un campanario artístico. Ayuntamiento. El edificio, levantado en la primera mitad del siglo XVII por los franciscanos mínimos sobre un solar dado por el Marqués de Guadalest, es de planta cuadrada, con un claustro central, y se trata del convento, propiamente dicho, o casa habitación de los frailes. Convento. Es un edificio que data del siglo XVII, de un estilo poco definido y sencillo. Denominado históricamente como Convento de la Purísima Concepción, en realidad se trata de la iglesia del convento contiguo, hoy Ayuntamiento. En la actualidad guarda la imagen de la Virgen de la Soledad, patrona de Ondara. Fue fundado por la orden de los franciscanos mínimos, los cuales la ocuparon hasta la desamortización, a mediados del siglo XIX. Iglesia Parroquial. Es la sede de la Parroquia de Santa Ana. Edificio construido en la segunda mitad del sigo XVI, ha sido rehabilitado recientemente. No posee un estilo definido. Plaza de Toros. Fue construida entre finales del siglo pasado y principios del actual con algunos elementos de estilo arabesco y con una sólida estructura de mampostería y mortero. Inaugurada el 28 de octubre de 1901, fue destruida casi completamente en la Guerra Civil Española y reconstruida en 1957. El Azud. Es una pequeña presa de piedra, de origen musulmán. Lugar fresco en verano gracias a los olmos que surcan la vera del barranco, y de esparcimiento para los pequeños. Se ha repoblado de aves como patos, gansos y ocas, aunque actualmente no se ven a menudo. Parque Público Segaria. Área recreativa municipal de 94.000 m² situada en la Sierra de Segaria. Construida con fondos europeos en 1996, cuenta con los elementos imprescindibles para pasar un día ideal al aire libre. El acceso se realiza a través de un camino rural, a la derecha de la carretera local del Puente del Vergel a Beniarbeig. Fiestas Fiestas Patronales. Se celebran el segundo fin de semana de julio en honor a la Virgen de la Soledad. Es la fiesta religiosa más importante del pueblo y de un gran renombre en la comarca. San Jaime. Son las fiestas populares y las más participativas. Las organiza el Ayuntamiento. Los actos principales son las entradas de toros, desde la calle Mayor hasta la Plaza de Toros, y el toro embolado. Actualmente la mayoría de actividades está orientadas alrededor de las peñas y quintadas, organizadas en garitos.
Es un sitio ideal para veranear con la familia. Tiene de todo!
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