Su construcción se debe a los almohades que los edificaron entre finales del siglo XII e inicios del siglo XIII. Tras la reconquista cristiana del siglo XIII, se levantó el recinto principal y la muralla, obras de refuerzo que respondían al carácter de histórica frontera de Jijona, que desde el Tratado de Almizra, en 1244, fue el límite de la Corona de Aragón, con la de Castilla hasta el 1304, momento en que las conquistas de Jaume II sumaron al reino las poblaciones del sur de la provincia de Alicante. Hasta esa fecha fue un elemento clave en la defensa de la frontera del reino de Valencia. A sus pies y en dirección E creció la villa de Xixona. Poco a poco fue languideciendo su importancia a lo largo de la edad media y comenzaron a disminuir las reparaciones. La última importante de la que se tiene constancia data del siglo XV y algunas obras menores en el XVI. Durante la Guerra de Sucesión sirvió como refugio a los jijonencos, que apoyaban la causa del Felipe V. Así fue asaltado por las tropas austracistas, que prácticamente lo destruyeron. En 1708 pasó a ser propiedad de los jijonencos por privilegio real, concedido por Felipe V.
Se encuentra sobre el punto más alto de la península del Cap d’Or, en uno de los lugares más espectaculares de la costa y desde ella se observa una de las mayores panorámicas sobre el horizonte. Fue construida a finales del siglo XVI como fortificación costera junto con otras torres de vigía del litoral valenciano, con las que estaba en contacto para avisar al interior de posibles incursiones piratas. Tiene 7m de diámetro y 11m de altura. Su interior es macizo hasta la mitad, el acceso – hoy cegado – a la dependencia de la parte superior y a la terraza se realizaba por una escala de cuerda. Disponía asimismo de dos cañones, descubiertos en 1980 en la playa del Portet. En la vertiente sud-este del Cap d ‘Or se sitúa la Cova de la Cendra, yacimiento arqueológico del Paleolítico Superior.
El área conocida como ‘Castell de Cocentaina’ ,ubicada a 765 m de altitud sobre el nivel del mar y a 300 m sobre la villa, se sitúa en la cima de la ‘Penyeta Blanca’. Se accede al lugar tomando la carretera que va desde Cocentaina hasta el paraje de San Cristóbal. Al llegar a dicho lugar, un camino a la izquierda lleva hasta la explanada que hay a pie de la torre, a la que se llega siguiendo una senda que bordea el cerro. El área está integrada en la actualidad por un conjunto monumental del que forman parte diversas construcciones pertenecientes a diferentes periodos culturales. La construcción más significativa que se ha conservado es la torre gótica que contemplamos en la actualidad. El ‘Castell’ de Cocentaina es una torre de planta cuadrada de 13,60 metros de lado y 12,50 metros de altura desde el umbral de la puerta de acceso hasta la planta superior de las ménsulas que soportaban los matacanes volados. La torre está apoyada sobre un talud de altura variable entre 2 y 4 metros, adecuándose a las irregularidades del terreno. La torre interiormente posee dos plantas, con dos salas cada una de ellas y el hueco del patio. Las salas de la planta baja están iluminadas por medio de una claraboya en cada una de ellas, y la más pequeña posee dos saeteras hacia el exterior, mientras que la sala mayor posee cuatro (dos de ellas en el lado más largo). En el piso superior la distribución de salas es idéntica a la planta inferior, pero iluminadas por huecos de mayor tamaño a base de ventanas geminadas. Como remate de ‘el Castell’ nos encontramos una terraza plana, con una serie de ménsulas de piedra para soporte de los matacanes volados. La cubierta todavía presentaba vestigios de los niveles que existían y que daban acceso a los matacanes. Son numerosas las marcas de cantería observadas en todos los elementos de sillería. Todos los huecos de ‘el Castell’: puertas, ventanas, saeteras y claraboyas, están realizados en sillería labrada. Las puertas están formadas por dos arcos apuntados de sillares de 25 cm. de espesor a ambas caras del muro de tapial; la parte central está cubierta por una bóveda rebajada, también de sillería. En esta zona todavía eran apreciables en la mayoría de las puertas, las piezas laterales de anclaje de los goznes, que permiten deducir que eran de dos hojas; se mantiene intacto el hueco que contenía la barra interior de cierre de las puertas. Las ventanas de primera planta, exteriormente aparecen como geminadas, pero en la parte interior se enmarcan en un arco apuntado de sillería de 25cm. de espesor. En su parte inferior, contiene ‘el festejador’, tan propio del gótico del reino de Valencia. Las salas interiores están cubiertas por medio de una bóveda de cañón. La comunicación entre las distintas plantas se realiza por medio de una escalera ubicada en el patio interior. En el interior se puede visitar una exposición sobre la historia del castillo, los señores feudales que lo poseyeron y el armamento utilizado en él. También se exhibe la reproducción a tamaño natural de una cerbatana del siglo XV.
Casa solariega de la familia Rovira (s. XVII-XVIII). En su fachada, en el último piso, se encuentra el escudo de la familia. En él falta la corona que fue quitada durante la II República. El linaje de Rovira procede de Cataluña. Pasó al Reino de Valencia a finales del siglo XII. En Jijona está documentado en 1421. A lo largo de la Edad Moderna coparon los principales cargos del gobierno municipal. Sin embargo, los miembros más encumbrados de dicha familia emigraron a la vecina ciudad de Alicante. Con el paso del tiempo algunos miembros de esta familia que residieron en Jijona supieron adaptarse a los cambios que marcaba la modernidad y apostaron por una creciente artesanía: la producción del turrón. A finales del siglo XIX ya habían creado varias empresas destinadas a jugar un gran papel en la economía en los inicios del siglo XX.
El Excelentísimo AYUNTAMIENTO DE BENEJÚZAR fue inaugurado el 20 de Octubre de 1988, estructurado en dos plantas, planta baja y sótano, donde se encuentra el “Archivo Municipal”, con documentos que datan de 1630, es decir, del antiguo emplazamiento del municipio. En él están ubicadas las oficinas municipales, presidiendo en el Salón de Plenos el escudo original del antiguo palacio de los Rosell, fundadores de Benejúzar. En cuanto al exterior, podemos destacar el mural existente en la fachada, que representa el terremoto que asoló Benejúzar en 1829 y que configuró su actual emplazamiento y estructura. Esta fascinante obra se la debemos a D. Francisco Pérez Rubio, un conocido pintor local.
Pintoresco castillo junto al mar, construido en los siglos XI y XII, con exposiciones de objetos históricos
El Doctor Antonio Rico Cabot nació en 1866 en Alicante. Obtuvo su licenciatura de Medicina y Cirugía en Madrid, donde quiso opositar a cátedra, pero, ante la fragilidad de su salud, volvió a su tierra natal. En Alicante, atendió a pacientes de forma gratuita y se ganó el afecto de sus conciudadanos. También fue concejal en el Ayuntamiento de Alicante e hizo mucho por su ciudad y porque recuperara terrenos y fueran arbolados, consiguiendo así una vida mucho mejor para todos. Se le ha dedicado un busto en el Parque Ruiz de Alda del monte Tossal. Podrás visitarlo entrando al Parque por el Camino del Castillo de San Fernando.
Dentro de la ruta de las Torres de la Huerta de Alicante.
En mi caso, fue el inicio de la ruta (motera y senderista) de las Torres de Vigía de la Huerta de Alicante
La Torre de Resemblanc se encuentra situada al sur de la población de Elche, en la parte exterior de una finca a la que está adosada dentro del llamado Huerto de la Torreta. Su origen, al igual que otras torres de la huerta ilicitana, se debe a que en el año 1.552 un bajel berberisco capitaneado por Salah Rais, llega a la costa ilicitana, en las cercanías de la playa del Pinet escasamente defendida por algunos vigías de guardia, para evitar que los contrabandistas cruzaran la albufera al amparo de la noche y los controles impuestos por el marqués de Elche, y se percatan de la poca presencia defensiva. Toman tierra y rápidamente se adentran hasta la villa ilicitana donde, después de intentar su asalto, capturaron importante botín en enseres y personas. Esto provoca que las autoridades y las clases altas crearan el conocido como Resguardo de la Costa, institución encargada de crear una tupida red de alerta y prevención de ataques de enclaves de costa y de recintos urbanos, ya que en 1.550 el pirata Dragut, mercenario a sueldo de los turcos, castigaba las costas de la huerta de Alicante allí donde las defensas se relajaban. Por ello, las autoridades decidieron dotar a la costa ilicitana y al casco urbano de Elche, así como a su huerta, de un sistema defensivo que mantuviera la alerta ante los ataques moriscos, naciendo así una serie de torres de defensa con el objetivo de frenar los ataques de los piratas, levantando un sistema a lo largo de la huerta y costa ilicitana con diversas torres vigia, entre las que destacaron Ressemblanc, Vaillós, Palombar, Carrús, Asprillas, Estaña y Gaitán, que unidas a las costeras de Tamarit, Pinet, Escaletes, Talayola y Carabassí, constituyendo el sistema defensivo anexo a la ciudad de Elche y a la fortaleza de Santa Pola, gracias al experto ingeniero italiano Giovanni Baptista Antonelli en el año 1.562. Se trata de una torre de huerta de planta cuadrada y cuerpo prismático de cuatro alturas. La base se encuentra ligeramente alamborada gracias a un plinto macizo de reborde biselado. Todo el relleno es de mampostería irregular formada por piedras calizas y aparejadas con mortero de cal y grava de tonalidad blanquecina. Como elementos nobles hay que destacar la sillería encadenada de sus esquinas, rematándose con una corsera, de la que actualmente sólo se conservan los modillones de la misma. Los vanos son de sillería, accediéndose al interior por una puerta arquitrabada que se sitúa a la altura de la segunda planta, cubierta con vigas de madera y cielo de plementería. La primera planta está cubierta con una bóveda esquifada y presenta un vano abierto a Levante ras de suelo. Las dos restantes alturas son muy similares, cubriéndose por medio de viguería de madera y plementería de ladrillo. Estas cuatro plantas se comunicaban entre sí a través de una escalera de caracol, construida en ladrillo y recogida con yeso, que permite el acceso a la cubierta por medio de una garita también levantada en análogos materiales. Dispone de varias ventanas rectangulares y adinteladas y en su muro Sur hay un escudo blasonado en piedra adherido al mismo. Toda ella se encuentra en un estado perfecto de conservación. Al igual de la Torre de Vaillós, no se poseen referencias documentales sobre su época de construcción, aunque se le ha conferido un origen bajomedieval o incluso islámico. Lo más probable es que se tratara de una torre bajomedieval que la dataría a finales del siglo XV o principios del siglo XVI, y su función se creé que era de control y vigilancia de un trozo de la acequia Mayor de la villa, existente en sus cercanías.
¡Descarga tu guía de Alicante!