El Colegio Diocesano Santo Domingo es un verdadero tesoro del patrimonio de la provincia de Alicante, antigua sede de su universidad, alberga dos maravillosos claustros, un renacentista y otro barroco, una biblioteca de valor incalculable, una iglesia con gran decoración barroca y muchos tesoros más.
La basílica de Santa María es la es la edificación de caracter religioso con más antigüedad en Alicante. De los restos de la mezquita islámica mayor de la ciudad, se erigió esta iglesia en el siglo XIV. Está construida por una sola nave, sin crucero y cuenta con capillas laterales entre los contrafuertes. Tras un incendio sufrido durante el siglo XV, la basílica de Santa María tuvo que ser reconstruida, de ahí que su fachada sea barroca y esté coronada por dos torres asimétricas construidas en los siglos XIV y XVIII respectivamente. De este magnífico edificio religioso, destaca la portada con una imagen de la Virgen, realizada por el escultor Juan Bautista Borja. En su interior destacan por encima de otros elementos, el altar mayor rococó del siglo XVIII y las capillas del Bautismo, de la Inmaculada y de la Comunión. En la Sala Capitular se encuentra una enorme pila bautismal del siglo XVI y un órgano barroco valenciano de 1653.
La Iglesia de Nuestra Señora de Gracia es una iglesia ubicada en la plaza de la Montañeta de la ciudad de Alicante (España). Fue construida entre 1945 y 1951 según el proyecto del arquitecto Antonio Serrano Peral. De forma similar a otras iglesias de Alicante construidas tras la Guerra Civil, como la de los Ángeles y la de la Misericordia, es de planta jesuítica. En la fachada se encuentran estatuas de Juan Pablo II y La Madre Teresa de Calcuta.
El Cementerio municipal de Alicante Nuestra Señora del Remedio, cuya construcción se inició en 1918 según proyecto del arquitecto municipal Francisco Fajardo Guardiola, entró en funcionamiento en 1925, aunque una epidemia de gripe ocurrida en el mismo año 1918 obligó a habilitar una fosa común pese a no haberse inaugurado las instalaciones. En 1931 se trasladó definitívamente la gestión a las nuevas dependencias de la Plaza del Cementerio, tras el cierre del antiguo Cementerio de San Blás. En su interior se pueden encontrar, entre otros elementos y bienes de interés por su arquitectura tanto funeraria como histórica, la cripta-panteón, construida una vez finalizada la Guerra Civil, la sala de vela o el cementerio histórico artístico. Son muchos los ilustres alicantinos enterrados en el Cementerio municipal, como el poeta Miguel Hernández, Jose María Py, quien fuera fundador de las Hogueras de Alicante, el arquitecto José Guardiola Picó o el pintor Gastón Castelló. Desde la oficina de administración, situada junto a la entrada principal del Cementerio, se ofrece la atención al público necesaria, tanto a nivel orientativo para poderse mover por las distintas zonas del recinto, como de trámite y gestión administrativa en materia funeraria.
El Museo de la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche (MUVAPE) nos cuenta a través de piezas escultóricas, pictóricas, de orfebrería y textiles, datadas entre los siglos XVI y XX, la historia de la Virgen María y la historia de la imagen de la Patrona de la ciudad. Destacan algunos elementos utilizados por dicha imagen durante la celebración del Misterio de Elche, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2001.Los primeros años de la vida de María y su relación con su hijo Jesús se narran con algunas tallas de madera y marfil de los siglos XVII y XVIII. Otras piezas nos acercan a la tradición cristiana, recogida en el Misterio de Elche, según la cual María vivió en Jerusalén sus últimos años. Allí murió asistida por los apóstoles, pero fue resucitada y subió al cielo en cuerpo y alma. La Santísima Trinidad la coronó como Reina de la Creación. La devoción hacia la Asunción de María fue introducida en nuestras tierras por Jaime I el Conquistador. La tradición local cuenta que el 29 de diciembre de 1370 llegó a una de las playas de Elche un arca en cuyo interior se encontró la imagen de la Virgen y la consueta de su Misterio. La figura fue entronizada en la ermita de San Sebastián donde tuvo su sede la Cofradía encargada de potenciar su culto y en 1648 se trasladó definitivamente a la iglesia de Santa María. Entre 1673 y 1784 se levantó la actual Basílica en cuyo camarín central es venerada la figura de la Patrona. La devoción de los ilicitanos ha dado lugar a lo largo de los siglos a numerosas donaciones. Mantos y vestiduras, coronas y joyas, muebles e inmuebles forman el rico patrimonio de la Virgen de Elche, que se exponen en el museo. Un apartado especial se dedica al José Tormo y Juliá, obispo de Orihuela entre 1767 y 1790, cuya memoria permanece entre los ilicitanos. Además de dotar a la ciudad de aguas potables, concluyó a su costa la capilla de la Comunión de Santa María. El 3 de octubre de 1784 consagró el templo y sobre el palacio episcopal que edificó para sus estancias en Elche, se levanta ahora la casa parroquial de Santa María. El punto central de la fingida capilla del museo está dedicada a la Dormición de la Virgen y muestra el impresionante lecho que en la octava de la Asunción, entre el 16 y el 22 de agosto, tras la celebración del Misterio, se levanta ante el altar mayor de Santa María y se convierte durante ocho días en el centro devocional de la ciudad. Su pequeño deambulatorio está dedicado a la celebración principal de la Virgen: la Festa o Misterio de Elche, que tiene lugar cada 14 y 15 de agosto. Gracias a un privilegio del Papa Urbano VIII (1632) se sigue representando en el interior de la Basílica esta obra de origen medieval que nos muestra los últimos días de la vida de María, su muerte, Asunción y Coronación. Una segunda sala nos permite ver un antiguo muro exterior de la iglesia que quedó oculto tras la construcción de la Capilla de la Comunión como atestiguan dos inscripciones originales de 1711 y 1712. Esta cámara está dedicada a los objetos más valiosos de la Patrona y a una referencia final a la eucaristía.
El edificio más destacable, sin duda, del centro histórico de Jávea, es la Iglesia-Fortaleza de San Bartolomé, del S.XIV al XVI, con ampliaciones en los s.XVIII y XIX. La obra principal se encuadra dentro del gótico isabelino. Su importancia y significación hizo que en 1931 fuese declarada Monumento Artístico Nacional. Su historia comienza en 1304 con la construcción del actual presbiterio, pero el crecimiento de la población y los ataques de los corsarios berberiscos desde el s. XV aconsejan agrandar la fortaleza. Así en el 1513 comienzan las obras dirigidas por el maestro navarro Domingo Urteaga. Se trata de una gran nave gótica, encabezada por un ábside, con tres capillas en cada lateral enmarcadas por los contrafuertes. Posteriormente se añadieron a los lados del ábside diversas dependencias (Sacristía vieja, la nova, la Capella de la Comunión). En el lado norte, en la unión entre el ábside y la nave, está el campanario terminado en el s. XVII, también utilizado como torre de vigilancia. Su techo está formado por bóvedas de crucería. Sobre las capillas corre una galería o triforio con arquitos abiertos a la nave interior y grandes ventanales al exterior debido a su finalidad defensiva. El principal elemento de construcción es la piedra tosca, siendo sus elementos decorativos escasos en el interior. También son escasos los elementos arquitectónicos ornamentales del exterior , destacando los escudos heráldicos sobre las puertas de acceso, las decoraciones vegetales de las impostas, las hojas de cardo, y las bolas de las portaladas. El conjunto está rematado por almenas y dispone de saeteras, vanos para los morteros y dos balcones amatacanados sobre las puertas y otros desaparecidos que conformarían un baranda en parte superior del edificio. Cumplía perfectamente sus dos objetivos: cubrir las necesidades religiosas del pueblo y defender a la población contra los ataques de los corsarios berberiscos. En el subsuelo del actual pavimento alrededor de la iglesia, existe un desconocido conjunto de criptas y vasos funerarios, por descubrir probablemente del s. XVI. La iglesia se puede visitar de 10.30h a 12.30h. de lunes a viernes. Por las tardes, los sábados, domingos y festivos estarà abierta 30 minutos antes de la misa.
La Iglesia Parroquial, dedicada a la advocación de Santa Teresa y la Virgen de los Desamparados, se construyó en el año 1849, en sustitución de la primera que se edificó en El Campello a finales del siglo XVIII, a expensas del dueño y señor del lugar, D. Ignacio Pérez de Sarrió. Es de pequeñas dimensiones, pese a haber experimentado varias ampliaciones, y conserva todo su "tipismo". Las fiestas mayores, en la actualidad Fiestas de “Moros y Cristianos”, del 11 al 15 de octubre, que en sus orígenes se celebraban en mayo dedicadas a la Virgen de los Desamparados, hubieron de trasladarse al mes de octubre pues la población masculina, hasta bien entrado el S.XX, se encontraba ausente en esas fechas y no regresaba en meses. Por ello, las fiestas se dedican hoy en día a ambas, La Virgen de los Desamparados y a Santa Teresa La plaza en la que se encuentra esta Iglesia Parroquial es punto de encuentro para la mayoría de las eventos festivo-religiosos de El Campello.
La Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol fue fundada en el año 1739 sobre el solar de una antigua ermita. Poco a poco, el edificio fue ampliándose y, en el año 1888 adquiere su aspecto actual. Antes de acabar ese siglo, en 1899, se construyó de la capilla de la Comunión, ubicada entre la torre-campanario y la capilla de la Inmaculada. Ya en el siglo XX, en el año 1908, es restaurado el campanario, y tras la guerra civil se efectuó una restauración integral del templo, adquiriéndose gran parte de los altares e imágenes existentes en la actualidad. A finales de los años 80 se llevó a cabo una nueva rehabilitación integral del edificio, y desde 2003 se procedió a rehabilitar los muros interiores y exteriores. Aunque el edificio tiene planta de cruz latina, presenta un especial desarrollo en el ala izquierda, donde se ubica el altar privilegiado y el camarín de la Virgen del Remedio, Patrona de la Villa.
Se construyó en 1989, excavada en la roca de un pequeño cerro, en el lugar en que desde 1926 y hasta 1974 hubo un depósito de agua potable. Hasta entonces, la ermita estaba ubicada en una sala construida en los años 70, convertida ahora en el Centro Social del Barrio de Santa Catalina. La actual ermita alberga la imagen de la patrona del barrio, Santa Catalina, así como la de Cristo Resucitado, que participa en la última de las procesiones de la Semana Santa pinosera.
Convento de la Merced El antiguo Convento de la Merced supone una superposición de estilos y edificaciones del que se conservan la torre de la esquina y restos del atrio. Dispone de tres plantas y un bello claustro de estilo neoclásico, en dos niveles. La portada de Santa Lucía, orientada al sur, es renacentista. Un poco de historia Construido donde existían unos baños árabes, el Convento de las Clarisas guarda en sus muros una larga historia. Ésta se remonta al año 1270, cuando el Infante Don Manuel (Mayordomo Mayor y hermano del rey Alfonso “El Sabio”) donó los Baños Árabes al Maestre de la Orden de la Merced, Fray Pedro de Amer. Esta orden forma parte de las Órdenes Religiosas Redentoras, que nacieron para defender la fe mediante la caridad en la etapa final de Las Cruzadas. Sin embargo, en 1835 fueron suprimidos todos los conventos con menos de 12 religiosos profesos, por lo que muchos religiosos de la orden se exiliaron y el convento pasó a manos de la administración. En los años posteriores el convento fue utilizado como administración de correos y rentas, colegio de Humanidades y oficinas. Años más tarde, en 1854, las monjas clarisas se instalan en el Convento de Santa Lucia, no sin antes debatir con el consistorio para que les concediese en propiedad el antiguo convento mercedario. A cambio las religiosas donarían el convento de la calle corredora. En 2007 pasó de nuevo a propiedad municipal, para llevar a cabo la restauración del mismo, y las monjas clarisas se trasladaron al nuevo convento construido junto a la ladera del río. Curiosidades El convento pasó por varias transformaciones y restauraciones ya que algunas partes como la fachada, la antigua torre y la biblioteca fueron dañadas por terremotos. Por otra parte, el convento fue saqueado y algunas obras de arte quemadas en 1936. Centro Cultural Las Clarisas Recientemente, el antiguo convento ha abierto sus puertas tanto para visitas turísticas como para eventos culturales en lo que se ha denominado Centro Cultural Las Clarisas. Se ha acondicionado el claustro, la iglesia y otros espacios para ofrecer una amplia programación a lo largo de todo el año: conferencias, exposiciones, teatro y conciertos de música clásica.
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