La Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol fue fundada en el año 1739 sobre el solar de una antigua ermita. Poco a poco, el edificio fue ampliándose y, en el año 1888 adquiere su aspecto actual. Antes de acabar ese siglo, en 1899, se construyó de la capilla de la Comunión, ubicada entre la torre-campanario y la capilla de la Inmaculada. Ya en el siglo XX, en el año 1908, es restaurado el campanario, y tras la guerra civil se efectuó una restauración integral del templo, adquiriéndose gran parte de los altares e imágenes existentes en la actualidad. A finales de los años 80 se llevó a cabo una nueva rehabilitación integral del edificio, y desde 2003 se procedió a rehabilitar los muros interiores y exteriores. Aunque el edificio tiene planta de cruz latina, presenta un especial desarrollo en el ala izquierda, donde se ubica el altar privilegiado y el camarín de la Virgen del Remedio, Patrona de la Villa.
Está construida sobre una de las mezquitas de la ciudad islámica. Sus santas titulares son las patronas de la ciudad, ya que la celebración de su martirio coincide con la “Reconquista” de la villa que se produjo, según la tradición, el 17 de julio de 1243. Templo gótico de una sola nave, con capillas entre contrafuertes, obra de los siglos XIV y XV. El presbiterio es de estilo renacentista, al igual que la portada lateral de la Anunciación. Paralela a la nave se encuentra la portada de las Gradas, también barroca, obra de Antonio Villanueva y Cristóbal Sánchez, de estética borrominesca. Merece especial atención la torre campanario, de estilo gótico y gran esbeltez, cuya construcción debió concluir a mediados del siglo XV. En sus esquinas se sitúan las gárgolas de desagüe y esculturas de animales fantásticos. Interesante es el reloj que se mandó instalar por el Consell municipal en 1439.
Situada en el núcleo urbano de Moraira, este edificio de planta rectangular consta de tres naves, separadas por pilares y cuatro tramos. El primero de ellos, junto con el pórtico de cuatro arcos (recordando a los típicos riurau), fue construido en 1981 con motivo de una ampliación. Actualmente tres de los arcos han sido cerrados mediante vidrieras. El campanario, de planta cuadrangular, se sitúa en la parte izquierda. De su interior destaca el mosaico del altar mayor en el que se combinan escenas religiosas con las marineras.
Se trata de un templo de planta de cruz latina. La nave principal está cubierta por una bóveda de cañón seguido con cúpula semiesférica, con lunetos donde se ubican las ventanas, mientras que las dos naves laterales, formadas por la perforación de los contrafuertes alojan las capillas donde se veneran diversas imágenes. El crucero, con cúpula sobre pechinas esculpidas, se forma por la discontinuidad de las capillas laterales. Por el lado del Evangelio, se accede a la Capilla de la Virgen del Remedio. De grandes dimensiones, tiene entrada propia, por el 'jardinet' (jardincito), la cual presenta en su exterior dos columnas sosteniendo una cornisa y, sobre aquellas, otras dos que sirven de adorno a un nicho ocupado por la imagen de la Virgen del Remedio, esculpida en 1765. En su interior, un interesante retablo de madera dorada y policromada, recientemente restaurado, obra realizada en 1774 por el escultor Francisco Mira aloja el camarín con la imagen de la patrona de Monóvar presidiendo la capilla de la que destaca también su cúpula sobre pechinas esculpidas con relieves sobre la vida de la Virgen. A través de esta capilla se accede a una tercera dedicada a San Miguel Arcángel, de tipo neoclásico, construida en 1813, más pequeña, de planta rectangular y bóveda de cañón, que se encuentra en estado de ruinas. En el crucero, en el lado de la Epístola, se halla adosado un órgano barroco, de caja de José Martín, originalmente construido en 1771 por el conquense Julián de la Orden y reconstruido en siglo XIX por Alberto Randeynes (1893). Fue restaurado en su totalidad a lo largo del 2007. Esta iglesia, aunque sencilla, es muy sólida, por ser toda de piedra de cantería, excepto las bóvedas. Cuenta con dos torres, una de ellas inacabada, por lo que únicamente se ve una.
Los orígenes del templo se remontan a 1588, aunque su estilo actual es neoclásico. Tiene planta de cruz latina, con tres tramos y capillas, sin cúpula, con una bóveda vaída sobre el presbiterio y coro añadido a los pies, en el primer tramo de la nave. La capilla de la Comunión está a un lado del altar mayor, cerrando el rectángulo de la planta. El templo fue quemado en 1936 y reconstruido posteriormente. Destaca el retablo clásico del altar mayor, con columnas corintias. Paredes de mampostería y cubiertas inclinadas de teja.
La basílica de Santa María es la es la edificación de caracter religioso con más antigüedad en Alicante. De los restos de la mezquita islámica mayor de la ciudad, se erigió esta iglesia en el siglo XIV. Está construida por una sola nave, sin crucero y cuenta con capillas laterales entre los contrafuertes. Tras un incendio sufrido durante el siglo XV, la basílica de Santa María tuvo que ser reconstruida, de ahí que su fachada sea barroca y esté coronada por dos torres asimétricas construidas en los siglos XIV y XVIII respectivamente. De este magnífico edificio religioso, destaca la portada con una imagen de la Virgen, realizada por el escultor Juan Bautista Borja. En su interior destacan por encima de otros elementos, el altar mayor rococó del siglo XVIII y las capillas del Bautismo, de la Inmaculada y de la Comunión. En la Sala Capitular se encuentra una enorme pila bautismal del siglo XVI y un órgano barroco valenciano de 1653.
Se construyó en 1989, excavada en la roca de un pequeño cerro, en el lugar en que desde 1926 y hasta 1974 hubo un depósito de agua potable. Hasta entonces, la ermita estaba ubicada en una sala construida en los años 70, convertida ahora en el Centro Social del Barrio de Santa Catalina. La actual ermita alberga la imagen de la patrona del barrio, Santa Catalina, así como la de Cristo Resucitado, que participa en la última de las procesiones de la Semana Santa pinosera.
Construida sobre una de las mezquitas de la ciudad islámica, la documentación más antigua de su fábrica data de 1402 y 1417. Es una iglesia de una sola nave con capillas entre contrafuertes. La primitiva obra gótica se encuentra muy transformada por las reformas y añadidos efectuados entre los siglos XVI y XVIII. Destaca en el interior el presbiterio renacentista en forma de arco de triunfo y la capilla dedicada a “La Sagrada Familia” (1765-1766), grupo escultórico de Francisco Salzillo. Su portada principal, de estilo gótico isabelino, presenta en el tímpano las armas de los Reyes Católicos. Ya en estilo barroco se le adosa la Capilla de la Comunión, cuya portada fue construida entre 1726 y 1735.
Sus características arquitectónicas muestran una sencilla y elegante portada Renacentista (s.XVII). El resto del edificio, dividido en dos tramos, es Barroco. La decoración interior, con motivos geométricos y vegetales data de 1861. La portada está coronada por una espadaña y la cubierta tiene un primer tramo formando una cúpula de tejas verdes. Antiguamente existía una cofradía que trasladaba la imagen en procesión y celebraba una fiesta anual con las limosnas recogidas. En nuestros días la Colla el Falçó – Asociación de “dolçainers i tabaleters” de Teulada – organiza la fiesta en honor a la Divina Pastora en septiembre.
La actual iglesia y convento de los Franciscanos de Cocentaina ocupa el espacio de una antigua ermita del siglo XIV dedicada a San Sebastián Mártir. En 1561 los frailes de la orden franciscana acondicionan el antiguo edificio y fundan el convento. La edificación que ha pervivido hasta nuestros días tiene su origen a finales del siglo XVI, momento en el que se inicia la construcción de la iglesia siguiendo el diseño renacentista de los hermanos Andrés y Jaime Terol, bajo el patrocinio de los condes de Cocentaina. En 1604 terminan las obras entre las que se incluye la Tribuna de los Condes y su Panteón. A partir de ese momento se llevaron a cabo diversas obras de reforma, tales como la ampliación de la capilla de la Tercera Orden, o del Santísimo Cristo, terminada en 1726, obra atribuida al maestro de obras Tomás Peris. La perfecta integración de los estilos renacentistas y barrocos se aprecia en las diversas estancias que se conservan en su interior. En su visita se puede contemplar la ornamentación barroca del presbiterio, la recién recuperada tribuna de los condes de Cocentaina con la representación del escudo de los condes integrados en un espacio de proporción renacentista, la pinturas murales del trasagrario del siglo XVIII y los lunetos del claustro en los que se representa la vida de San Francisco de Asís, obra del padre Antonio Vilanueva. Posiblemente, como único testimonio de de la antigua ermita, se expone en la capilla la cruz gótica tallada en piedra del siglo XV, con una replica en la plaza del convento.
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