Situada en la costa de Orihuela, en la urbanización de Cabo Roig. Se trata de una edificación militar de tipo torre vigía, fue construida en el siglo XVI, con el fin de vigilar la costa y prevenir los ataques de los piratas y berberiscos. Su lugar de localización (en pleno accidente geográfico) le otorgaba una visión mucho más amplia de la zona que vigilaba. La torre es una construcción con forma cilíndrica y ataluzada en su base, sobre el talud se sitúa la puerta de acceso. Fue realizada en mampostería, disponiendo sillares en los vanos como la puerta de entrada. La superficie de la fachada está ligeramente inclinada, siendo la planta de la base más ancha que la terraza. por lo que más que un cilindro tiene alzada de tronco cilíndrico. Tras su restauración, a la fachada le fue superpuesta una capa de cal blanca para decorarla, de ahí su actual color blanco. Toda la fachada está salpicada de numerosas ventanas de pequeño tamaño con las que poder vigilar la zona que le correspondía. El talud de la base alcanza la altura de tres metros. El interior se dispone en dos alturas y terraza. La primera corresponde a la planta baja, la segunda a la primera planta y por último la terraza. De su interior sólo es destacable la bóveda que divide la torre en dos alturas (planta baja y primera planta) realizada en ladrillos. Fue declarada Bien de Interés Cultural.
La Torreta de Elda es una edificación defensiva medieval situada en el término del municipio de Elda, en la provincia de Alicante. Está considerada como Bien de Interés Cultural. Se encuentra a una altura de 550 metros y es una torre rectangular con cuatro anexos, también rectangulares. La fecha de construcción se calcula entre finales del siglo XIV y principios del XV. Su objetivo respondía a la ubicación fronteriza entre los reinos de Castilla y Valencia. En concreto, la torreta protegía el camino entre Elda y Sax, así como el camino de La Noguera, que enfila hacia Petrel. Se documenta que en 1386, la señora de Elda, Sibila de Forcia, pidió a Pedro IV de Aragón un servicio de vigilancia y aduana. Su uso continuado se recoge en un documento de 1494 entre el Condado de Cocentaina y el Obispado de Cartagena, en el que se cita la Torreta como posesión del entonces señor de Elda, Juan Roig de Corella. En diciembre de 1705, se empleó la Torreta para vigilancia militar, en el contexto de la Guerra de Sucesión. Después de la Guerra de la Independencia perdió su función y fue abandonada.
Se halla emplazado en el extremo este del Cabo de Santa Pola, sobre una antigua torre vigía del siglo XVI, denominada Atalayola. Fue instalado en 1.858 para la orientación de los barcos que por la noche navegan por estas costas, sobre todo para los buques de la Armada, que en el año de su construcción fondeaban en la bahía de Santa Pola. Actualmente posee un foco luminoso situado a 152 metros sobre el nivel del mar y a 15 sobre el terreno; su apariencia es FGpD (2+1)B con un período de 20”; su alcance máximo es de 16 millas y es un referente visual de gran ayuda para la navegación. Desde aquí se contempla una magnífica vista de la bahía de Santa Pola, la de Alicante y la Isla de Tabarca. En los días más claros se consigue ver al sur el Cabo Cervera e Isla Grosa y al este el Peñón de Ifach.
El Castillo-Fortaleza es una magnífica muestra de la arquitectura militar renacentista del siglo XVI. Proyectado en 1553 por el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli, su coste fue sufragado por D. Bernardino de Cárdenas, Virrey de Valencia, dentro del "Plan para la defensa de costas del Reino de Valencia”. Con su estructura defensiva hizo frente a los ataques piratas de los Berberiscos que asolaban el litoral. Al finalizar las obras en 1557, una guarnición compuesta por 33 personas y sus familias se instalaron en su interior: el alcaide, un alférez, treinta soldados y un capellán, que vivían en los muros del Castillo. Con el paso del tiempo, los usos civiles sustituyeron a los militares. El 9 de julio de 1859 el Castillo pasó a propiedad del Ayuntamiento, realizando obras de reforma, encaminadas a que el edificio perdiera su carácter de fortaleza. Desde entonces, el recinto ha sido utilizado para el desempeño de funciones de diversa índole, convirtiéndose en sede de la Casa Consistorial, Cuartel de la Guardia Civil, Juzgado de Paz, hospital y hasta una improvisada plaza de toros. Actualmente, el Centro Cultural Castillo-Fortaleza alberga las siguientes instalaciones: Museo del Mar, Sala Municipal de Exposiciones, Salón de Actos “Baluarte del Duque de Arcos” y Capilla de la Virgen de Loreto. El Patio o Plaza de Armas forma parte del conjunto histórico del Castillo-Fortaleza y tiene una ubicación estratégica en Santa Pola. Los visitantes no pueden irse sin haberlo conocido por ser paso obligatorio que conecta las dos partes del casco urbano. Se trata de un núcleo vital en todas las épocas de su proceso histórico. El Patio de Armas en sus inicios fue un recinto fortificado, con un solo acceso, fácil de defender porque la amenaza de posibles ataques llegaba por mar. También se han suscitado hechos históricos importantes: en él se concentraron los moriscos del Arrabal de Elche, cuando fueron expulsados en 1609 para salir del puerto hacia el norte de Africa, custodiados por una compañía de mosqueteros y otra de arcabuceros pertenecientes a los tercios de Nápoles y Sicilia. Otro acontecimiento histórico de relevancia fue la visita de D. Alfonso XII el 16 de marzo de 1877 en la Escuadra Real. Teodoro Llorente, escritor valenciano, relata así su visita al Castillo: Cuando Don Alfonso entró en el recinto fortificado del Castillo antiguo de la población antigua, todas las mozas del lugar estaban alineadas en correcta formación dentro de aquella gran plaza, vestidas con sus mejores galas y llevando al hombro una hermosa palma. Con motivo de esta visita se concedió a Santa Pola el título de Villa, en presencia del Ministro de Marina y del Capitán General del Departamento Marítimo. Durante mucho tiempo, concretamente desde 1860 en que se abrió un nuevo acceso en la muralla al este, fue una zona de libre paso, con lo que poco a poco perdió su carácter de Plaza de Armas, llegando en ocasiones a realizar en ella espectáculos taurinos. En los últimos años se está recuperando como espacio cultural para Santa Pola, en la que tienen lugar actividades lúdico-culturales, actos religiosos e institucionales.
De mediados del s. XIX data la Finca rústica Villa Marco que tuvo gran importancia en la zona agrícola conocida como Huerta de Alicante. A principios del s.XX adquirió carácter residencial y se la dotó del estilo modernista con curiosas influencias del arte colonial francés que la diferencian del resto de fincas que aún se conservan en la comarca. Sus bellos jardines de inspiración versallesca fueron creados a principios del siglo XX bajo los auspicios de Renato Bardin, cónsul honorario de Francia y dueño de la finca en aquel entonces. Convenientemente cuidados a lo largo de su historia, han sufrido algunas modificaciones respetando sin embargo su morfología original. La zona ajardinada rodea la casa surcada por varios paseos flanqueados por copas y jarrones de estilo clasicista. El jardín puede dividirse en cinco zonas: el "jardín árabe" (utilizado como huerta originariamente), el denominado "jardín histórico", donde se encuentran los ejemplares de mayor envergadura, el "jardín de acceso" que enmarcaba la entrada de carruajes, un pequeño "jardín mediterráneo" (con plantas autóctonas) y una gran pinada que representa un "bosque mediterráneo". Los jardines albergan dos esculturas del célebre artista alicantino Vicente Bañuls: "La Noche" y "La Marsellesa".
Entre los siglos XIII y XIV se amuralla la alquería de Calp para protegerla de los ataques musulmanes. Su situación costanera hizo que la población sufriera continuos ataques de piratas, por lo que en el s. XVI Carlos V ordenó que se reparasen dichas murallas. Los vecinos accedían a la ciudadela a través de un único portal denominado “El Portalet”. El más duro de los ataques tuvo lugar en 1637. Los piratas berberiscos invadieron la villa sin ser vistos. Los centinelas dormían y saltaron las murallas utilizando escaleras. Durante ese ataque tomaron cautivos prácticamente a todos los calpinos. Otro de los ataques más importante que sufrió la villa, y que da origen a sus fiestas patronales, fue el acontecido el 22 de octubre de 1744. Tras este asalto pirata se inició un proyecto para fortificar la villa, y se construye una segunda muralla, que rodea el arrabal y la vieja ciudadela. El “Torreó de la Peça” debe su nombre a un fortín derribado en el s. XX que en su día tenía una pieza de artillería.
Cómo afirma P. Guichard el castillo de Ambra es uno de los tantos castillos islámicos del territorio valenciano que sirvieron como lugares de hábitat y/o refugio a cargo de las comunidades rurales, con un carácter no feudal y que fueron objeto de transformación y destrucción después de la conquista.Antiguos historiadores databan la construcción del castillo entre los siglos IX-XI, pero las últimas investigaciones y excavaciones arqueológicas la datan de principios del siglo XIII. Los escombros del castillo se levantan sobre una cresta rocosa formada por los contrafuertes septentrionales de la Sierra de Mediodía, delimitando el valle de Pego por el sur. Se levanta a una altura de 264 m sobre el nivel del mar y su construcción se adapta perfectamente a la orografía abrupta y rocosa de la montaña de Ambra. El castillo no participó activamente en la conquista, pero si tuvo importancia en las posteriores revueltas mudéjares capitanejades para el-Azraq. El año 1268 se le consignó el castillo a Arnau de Romero, mandándole Jaume I que en el castillo permaneciera una atzembla y diez hombres. Un año después pasó a Bonanat de Guía que lo tuvo poco tiempo, pasando el 1260 a Pere de Berbegal, arxiprest de Daroca, custodiándolo con cuatro hombres, a quienes el rey pagaba 150 sueldos anualmente. El 1264 pasó el castillo a Ade de Paterna por la deuda que el niño en Pere contrajo con él. Cobrado la deuda, el rey dio en crédito el castillo a P. de Capellades. El 1271 pasó en las manos, en las mismas circunstancias, a Pere de Marcén. Finalmente, después de estar en manso de los sarracenos durante tres años, a partir de 1276 el castillo empezó a perder su importancia militar. Acabó para perder completamente su importancia el castillo cuando a partir de 1280 se empezó a crear la nueva villa de Pego. Después de la segunda carta de poblamiento (1286) concedida con mejores condiciones que la primera (1279), empiezan a llegar colonos desde Barcelona que van a establecer en una nueva villa amurallada que se tiene que construir asentada sobre la antigua alqueria de Uxola. El castillo de Ambra es una construcción islámica tardía, que según Javier Martí, empieza hacia principios del siglo XIII, producto del miedo de los musulmanes ante la amenaza de conquista feudal. Aquello que más sobta de esta afirmación, es la poca durabilidad que tuvo el castillo (1220-1280). Pero la verdad es, que las últimas excavaciones no han sacado a la luz ningún resto anterior a la cronología apuntada. Establecida la cronología y durabilidad del castillo, otro de los aspectos importantes es saber si estuvo o no habitado, es decir, si sirvió sólo de refugio militar o si al contrario en su interior existían habitáculos. Aproximadamente existían una veintena de viviendas con una disposición en escalonamiento y aprovechando la estructura natural de la roca. Las viviendas eran de dimensiones reducidas y la obra de encofrado de mortero de cal y piedra calcárea de irregular tamaño. También tuvieron que tener madera, aunque probablemente esta se utilizó posteriormente para las casas de la nueva villa, puesto que en las excavaciones no se encontraron restos de este material. Los restos de la muralla del recinto nos muestran el valor de la arquitectura defensiva; los muros realizados en tapial, los fundamentos de masonería y cuatro cubos (torres) de planta rectangular en ixent reforzando el muro. Al Sudeste del mismo se encuentra la puerta de acceso al recinto, entre el avantmural y la muralla del castillo. El acceso se compone de dos puertas dispuestas longitudinalmente intercalándose entre ellas un cuerpo de guardia. Este cuerpo de guardia permitía hacer la guaita entre las dos puertas durante la noche, así como el descanso de los caminants en su acceso al castillo. En el mismo banco de guardia podemos observar el que pudiera ser un curioso juego medieval compuesto por ocho orificios en que se tendría que encarar piedras de diferentes tamanys. En las excavaciones del proyecte “Transformaciones de la estructura de poblamiento medieval en las tierras de Marina”, también se encontró en la puerta 5 dinero de bronce de la época del reinado de Jaume I (1238-1276). En el interior del recinto, junto a la segunda torre de la muralla se emplaza un aljibe o cisterna de planta rectangular (12 x 3 m) realizado en tapial que servía para recoger el agua de las lluvias. Un avantmural o barbacana cierra el recinto murallat, realizado también en tapial aunque de menor altura que la muralla interior. Está dotado de un ingreso en replec y de tres falsos cubos que se adaptan al trazado de las torres y la muralla. Aunque el castillo se encuentra en relativo buen estado, la intensa tarea de abancalament y la acción erosiva de los agentes atmosféricos han castigado mucho las construcciones.
El primer teatro que lleva en Villena el nombre de Chapí se erige en 1885. La idea de su creación surge entre unos villenenses que se desplazan a Alicante para asistir al estreno de "La Tempestad" en esta ciudad. Rápidamente se construye; es de madera y se sitúa "algo más al norte de donde yergue sus muros el teatro actual", escribía José María Soler en 1951. Debió ser, pues, en el actual "Parterre". Los terrenos eran municipales, pues tanto los que ocupa hoy el Teatro como los del Parterre y el Paseo, habían sido propiedad de los frailes franciscanos que estaban en Villena desde el siglo XVI. Alguien de Alicante los adquirió como consecuencia de la desamortización de 1835, pero fueron previsoramente adquiridos por el Ayuntamiento villenense pocos años después. Suele atribuirse a aquel coliseo el nombre de Teatro Circo; no obstante, una de las páginas del programa de la inauguración que Soler reproducía al referirse a la nueva construcción, dice escuetamente Teatro Chapí. Esta inauguración se efectuó el 20 de junio del año más arriba indicado con la zarzuela "La Tempestad" y asistió Chapí, especialmente invitado, con alguno de sus familiares. Incluso dirigió varios números de la obra entre el entusiasmo de sus paisanos presentes en la representación. En 1908 el estado del Teatro obliga a su cierre y es desmantelado. Poco después, en 1914, surge la "Junta Constructora Pro Teatro Chapí", que emite acciones de 25 pesetas como principal fuente de financiación del futuro coliseo. El proyecto se encarga a José María Manuel Cortina, que en 1916 abandona la construcción por divergencias con la Junta, las obras discurren lentamente, esta vez bajo la dirección de los arquitectos Garín Hermanos, y sufren interrupciones por dificultades económicas hasta paralizarse en 1919. Pero la Junta Constructora encuentra solución a sus problemas en 1922. Se lega a un entendimiento con el Círculo Agrícola Mercantil, en virtud del cual, esta Sociedad ocupará los espacios laterales y superior de la zona delantera de la edificación. La cesión constituye la solución de la falta de recursos indispensables para proseguir y terminar las obras. Estas se realizan con celeridad en cuanto respecta al Círculo, que se inaugura en 1923. Las del Teatro se acometen de nuevo en 1924 y se modifica el aspecto externo con una estética mucho más austera que la del primitivo proyecto de Cortina. Finalmente, el sábado 5 de diciembre de 1925 suenan otra vez la italianizantes romanzas de "La Tempestad" en la inauguración de un nuevo Teatro Chapí, aunque en esta ocasión no esté presente el maestro, fallecido en 1909.
Constituyen en su conjunto un sistema defensivo de origen andalusí formado por varios recintos murados a distinta altura. Castillo de Orihuela (BIC). Siglo IX-XVIII. Es una obra de origen precalifal, que perdura con sucesivas adiciones hasta la Guerra de Sucesión, siendo destruido en 1709. En él se distinguen varias zonas bien diferenciadas funcionalmente. La zona más alta la ocupa la Alcazaba, sede del poder político y militar, por debajo de ella una línea de torres delimita el albacar, recinto con funciones ganaderas además de defensivas, otra serie de torres se sitúan en torno al seminario, donde se encontraba la población original. Toda una serie de muros y torreones enlazan la alcazaba con las murallas de la ciudad que transcurrían junto al río. Murallas de la ciudad (BIC). Siglo XI-XV. Se extienden desde el Monte de San Miguel hasta el Río Segura. Las murallas de la ciudad partían del albacar para englobar el núcleo originario de la ciudad (actual seminario) y su posterior ampliación hasta el río. Actualmente se conservan varios tramos inconexos de las murallas, destacan dos torres al final de la Calle Torreta, la Torre de Embergoñes, la Torre de la Casa Casinello en la Calle Soleres, el tramo conservado en el Museo de la Muralla, bajo el Aulario del Campus de las Salesas de la Universidad Miguel Hernández y varios lienzos y torres en el Monte de San Miguel, en las proximidades del Seminario Diocesano. Puerta de la Olma o de Crevillente. Es el único resto conservado de la Cerca del Arrabal de San Juan. Obra de sillería. Ingreso con arco de medio punto y sobre él un ángel custodio con espada, que representa el brazo real en las Cortes Valencianas, acompañado por el escudo cuatribarrado, el Pájaro Oriol (emblema de la ciudad) y una inscripción que fecha la puerta en 1558: “En lo ani de nostra redemcio MDLVIII se acaba aquest portal sent ivrats los molt magnifichs senors Melchor Groadellas Ivan Fernandes de Tvesta Frances Almodover Andre Manresa Ivan Miro”.
La Torre del Tamarit, conocida también por Torre de la Albufera o Torre de las Salinas, es de planta cuadrada y está situada entre la Torre del Pinet y el Castillo-Fortaleza de Santa Pola. Al estar un poco alejada de la costa su función principal no era la de vigilar el litoral marítimo, sino el permitir la comunicación con las torres del campo de Elche y vigilar las salinas. La torre del Tamarit, propiedad de Bras del Port S.A., está emplazada en un lugar excepcional, en una de las lagunas del Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, que alberga diversos ambientes: las explotaciones salineras cercanas al mar, las balsas de agua dulce permanentemente inundadas y sus áreas periféricas. La fauna y la flora se adaptan a las condiciones de humedad y de alta salinidad. Son espectaculares las concentraciones de flamencos que llegan a sumar varios millares de ejemplares. Destaca también la presencia del Tarro Blanco, la Cerceta Pardilla, la Avoceta, la Cigüeñela, el Chorlitejo Patinegro, el Charrancito o el Charrán Común. Las Torres Vigía fueron construidas en 1552, bajo el reinado de Felipe II. Están situadas estratégicamente para avistar al enemigo antes de que éste llegase a la costa y se comunicaban entre sí por medio de ahumadas de día y luminarias de noche. Son: Torre del Tamarit en las Salinas, Escaletes en la Sierra y Atalayola en el actual faro. Su custodia estaba encomendada a cuatro atajadores: dos de a pie, que realizaban continua vigilancia, y dos a caballo, que controlaban el trayecto comprendido entre dos torres: comunicación, petición de auxilio, etc. Tanto la Torre Escaletes como la Atalayola (actual Faro) tenían guardas de a pie, pero no a caballo, por lo que la función de enlace corría por cuenta de los dos atajadores del castillo.
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