El mediterráneo, crisol de culturas y puente entre civilizaciones, ha marcado la fisonomía de este municipio a lo largo de los siglos. El hombre habita estas tierras desde tiempos inmemoriales, los vestigios del paleolítico superior y del neolítico, encontrados en la "Cova de les Cendres", así lo atestiguan. También la cultura Ibera dejó su impronta hasta ver perdida su identidad a causa de la romanización del territorio. Tras los romanos, agricultores y ganaderos, y quienes posiblemente nos dieron el nombre, llegaron los árabes configurando el espléndido paisaje abancalado del que hoy disfrutamos y a quienes debemos muchos de los topónimos que nombran las diferentes partidas del termino municipal. En el s.XIII, con la llegada de las huestes de Jaume I, la cultura, las tradiciones y las costumbres que configuran el carácter amable, alegre y hospitalario de esta población mediterránea empieza a germinar. Es en 1386 cuando se crea jurídicamente el término municipal y poco tiempo después, en 1410, recibimos la visita de un ilustre personaje histórico, San Vicente Ferrer, nuestro primer turista célebre. Los siglos XV, XVI y XVII, se enmarcan dentro de los continuos ataques de los piratas berberiscos y nos legan las que, posiblemente, sean las piezas más importantes de nuestro patrimonio arquitectónico: La torre vigía del Cap d'Or, la Iglesia-Fortaleza de Santa Catalina y la Sala de Jurats i Justicies. Tras la construcción, en 1744, del la torre que conocemos como Castell de Moraira o de la Mar, y bajo su protección, empieza a desarrollarse un pequeño núcleo de población, cuya principal actividad sería la pesca, pero no la única. En el s. XIX, la comarca de la Marina Alta sufre un importante desarrollo económico debido a la exportación de uva pasa al resto de Europa y a América. La calle Almacenes, nos recuerda que estos edificios sirvieron para almacenar las pasas que serían trasladadas, por la pequeñas barcas de pescadores, a los grandes buques que fondeaban en la bahía y que las llevarían a su destino. La principal actividad económica del municipio, la agricultura - que todavía hoy nos permite deleitarnos con el dulce sabor de la uva moscatel romano y con el exquisito licor que se obtiene de su elaboración, la mistela - va perdiendo su importancia a mitad del s. XX con la llegada de la industria turística. El Portet y Platgetes son testigos de la llegada de los primeros turistas a mediados de este siglo, pero es a finales de los años 60 y principios de los 70 cuando empezamos a acoger a todos aquellos que quieren disfrutar de las bondades del clima, de las bellas playas y de un paisaje maravilloso. El visitante que hoy se acerca a conocernos, descubrirá un pueblo rico en patrimonio, no solo natural, sino histórico, artístico y monumental; y deseará ahondar en la cultura, abundante en historias y leyendas, de unas gentes que le acogerán con lo mejor de su carácter.
El rojales más tradicional, con sus barrios de cuevas y su arraigada cultura huertana, contrasta con el importante complejo turístico que conforman las urbanizaciones de Ciudad Quesada, Pueblo Lucero, Doña Pepa, Pueblo Bravo y El Pepín. Estas urbanizaciones equipadas con las mejores comodidades y servicios, se han convertido en uno de los principales motores del turismo residencial en la Costa Blanca, como prueban las 5000 familias, procedentes de España y del resto de Europa, que se han instalado en la localidad en los últimos años. Las perfectas comunicaciones, el benigno clima y el interesante halo cultural que envuelve Rojales, son atractivos que convencen al turista, nacional y extranjero, para instalar su hogar en el municipio.
Fundada por el mítico caudillo árabe Raduan perteneció a la familia judía de Jaime de Santángel. Pronto fue poblada por árabes y cristianos que lograron independizarse de la vecina Orihuela en la temprana fecha del siglo XVI. Hoy en día es un pueblo medio, con 5.150 habitantes, al que riega el Segura gracias a la acequia de Escorratel. Al pie de la Sierra de Segura, sola en el llano que la rodea y poblada por chumberas así como por ralo matorral, es un pueblo de rica agricultura de alta tecnología dedicada a la hortofruticultura aunque en tiempos era famosa su producción de cáñamo y algodón. De esta producción se ha derivado una incipiente industrialización artesana que produce alpargatas y cerámica. Desde la antigüedad, han pasado por Redován diferentes civilizaciones mediterráneas: iberos, fenicios, griegos, romanos y árabes, tal como manifiestan los yacimientos arqueológicos encontrados en su término. Se sabe que direrentes culturas de la antiguedad habitaron en su montaña. Los indicios de poblamiento más antiguos son el Bancalico de los Moros, el Rincón y el Cabezo todos pertenecientes a la Edad del Bronce.Por lo que se podría considerar uno de los pueblos más antiguos de la comarca, e importante vía de paso del sureste peninsular durante siglos. Si bién el topónimo de origen árabe cuya etimología más verosímil es la que hace referencia a un militar musulmán de nombre Reduan o Ridwan. En su término, se han realizado numerosas excavaciones arqueológicas en las que durante la última decena del siglo XIX, se halló un yacimiento ibérico, que atribuyó cerámicas de importación grecolatina y figuras en color rojo y de barniz negro, cerámica ibérica y una serie de esculturas ibéricas que fueron depositadas en el Museo del Louvre de París. Entre estas piezas destaca el Grifo de Redován, exponente de la escultura ibérica. La obra representa un “grifo” o animal fantástico, con ojos saltones, fauces abiertas en forma de pico, grandes cejas unidas, simulando una palmeta protohelénica, chipriota o fenicia, y en la cerviz, cresta denticulada, flanqueada por sendos cuernos caprinos. Esta pieza, junto con una cabeza humana retornó a España en 1941, pasando al madrileño Museo Arqueológico Nacional. En el Louvre de París todavía se conservan un fragmento de cabeza vacuna y un dorso de mujer desnuda.
Actualmente El Poble Nou de Benitatxell es un pueblo cuidado con muchos recursos naturales para escaparse y realizar una visita. Muchas rutas de senderismo, calas y acantilados preciosos, y mucha naturaleza para disfrutar y perderse, disfrutando así de durante unos días magníficos. El Poble Nou de Benitatxell cuenta con un pasado interesante y rico gracias a las distintas culturas que habitaron los diferentes poblados y masías y que dejaron huellas muy visibles en la toponimia, lengua en general y algunas construcciones y costumbres. Los primeros indicios de ocupación datan del paleolítico, en estudios realizados en la Cova del Moro. En este mismo yacimiento y en els Forats del Barranc de l’Asbardal, también se han encontrado restos del calcolítico (entre el 2.200 aC – 1.800 aC). Y de la edad de bronce (1.800 aC – 700 aC) se localizan evidencias de pobladores en el Tossal d’Arnau y el Tossal Redó. Ambos se sitúan en la parte alta de dos colinas, en presumible situación de defensa y control del territorio. En la época ibérica (550 aC – 210 aC) se han observado la presencia de tres núcleos destacables. El Tossal de l’Abiar continúa siendo un asentamiento con clara finalidad de defensa. Pero en sus cercanías se han hallado interesantes objetos en la vertiente de la colina conocida como Cova de les Bruixes (Cueva de las Brujas). También se tiene constancia de restos cerámicos en els Valentins o la Font. En El Poble Nou de Benitatxell se encuentran importantes indicios de época romana (210 – 476 aC) en l’Abiar. El asentamiento del Tossal del Abiar es considerado un hábitat de explotación agrícola que además, ejercería un control sobre el territorio que lo rodeaba. Esto es debido a que se trata de una zona muy rica en aguas subterráneas que favorecía las explotaciones agrícolas. En els Pous de l’Abiar también se han encontrado restos vinculados a la producción vitivinícola. Hacia el sur del actual núcleo urbano, se baraja la posible existencia de asentamientos en el camí de la Roca. En el Pinaret, también se han localizado distintos restos de materiales tardoromanos. Uno de los legados más importantes de la época islámica es la aportación toponímica que incluso aparece en el nombre del municipio, Benitatxell (con referencias de Benitagell). De esta cultura se conservan nombres de partidas como Lluca, Abiar, Alcassar, Moraig (Almoraig), Benicambra, etc. En 1.497 todavía existiría un núcleo poblacional independiente en la partida Lluca. En el Abiar se ha detectado la existencia de diversas alquerías en el siglo XI, con restos arquitectónicos de pozos de agua, una cueva, una casa señorial. Igualmente, existe constancia de una necrópolis hispanomusulmana en el Alcassar. Y en el antiguo Benitagell se han documentado estructuras como silos o pequeños almacenes de alimentos. Esta alquería estaría ubicada en los actuales terrenos de la iglesia. De todo ello, se evidencia la gran importancia de la cultura árabe en el municipio. En 1244 las tropas cristianas de Jaume I conquistaron la ciudad de Dénia (Daniya) y todo su territorio, en el que se encontraba El Poble Nou de Benitatxell. Varios avatares históricos, entre ellos la expulsión de los moriscos en 1609, condujeron al despoblamiento y abandono de las antiguas alquerías árabes del Abiar y de Benitagell entre 1609 y 1617. A partir de esta fecha se inició la repoblación de cristianos viejos de Mallorca, cuenca baja del Segre y Lleida principalmente, y se construyó la Iglesia dedicada a Santa María Magdalena (1710), en cuyo alrededor se agruparon los nuevos habitantes. La población dependió de Xàbia, dentro del marquesado de Dénia, hasta 1698, cuando se constituyó en entidad propia. De ahí, que en su escudo pueden verse todavía las 5 estrellas de la casa dianense. El acta de erección de la Universidad de Benitatxell, del 4 de enero de 1698, da testigo de la existencia de 22 casas, donde vivirían un centenar de habitantes, entre los núcleos de población de la Alquería del Abiar y Benitatxell. Cita también una iglesia situada en el núcleo de Benitatxell. La mencionada acta marca los límites del término del pueblo y hace referencia al “Poble antich que al present está derruit anomenat de Lluca". En contraposición a este pueblo antiguo nacería por toda la comarca el apelativo de Poble Nou (Pueblo Nuevo) que da nombre al actual Poble Nou de Benitatxell.
Monóvar (en valenciano y cooficialmente, Monòver) es una ciudad situada al sureste de España, en la Comunidad Valenciana, provincia de Alicante, comarca del Medio Vinalopó (en valenciano, Vinalopó Mitjà o Valls del Vinalopó). Cuenta con 12.800 habitantes (INE 2016), de los cuales 12.000 viven en el casco urbano de Monóvar, y los 800 restantes, viven diseminados por las distintas pedanías y aldeas que comprende el término municipal. Es una de las ciudades más importantes de la Comunidad Valenciana por sus calzados, su mármol y su vino Históricamente ha sido una ciudad con especial relevancia tras la Revolución Industrial en España, especialmente en el sector zapatero. Además es conocida como la "ciudad de Azorín", ya que este escritor nació en Monóvar, el 8 de junio de 1873, y murió en Madrid, el 2 de marzo de 1967.
Las salinas son un enclave singular con una gran riqueza biológica y paisajística. En los 80 se abandonó su explotación y se convirtió en el particular paraíso de numerosas especies de aves. Nace así en Calp una nueva modalidad de ecoturismo que tiene como motivación el estudio y observación de las aves y sus hábitats, el turismo ornitológico o “birdwatching”. Un total de 173 especies de aves registradas nos demuestra la importancia de este humedal. Destacan las poblaciones de flamenco común (Phoenicopterus ruber) que alcanza varios cientos de ejemplares y de la cigüeñuela común (Himantopus himantopus). Además se han registrado ejemplares de garza real, chorlitejo patinegro, rascón europeo y focha común, incluso algunas especies en situación delicada como el caso de la cerceta pardilla o el tarro blanco. De todas estas aves que pueden observarse en las salinas, no cabe duda de que la más espectacular y llamativa es el flamenco común. Este ave, con una envergadura alar de hasta 170 cm y una longitud de 140 cm sorprende por su extraña silueta y larguísimo cuello. Otro residente singular de las salinas es la cigüeñuela común, inconfundible por sus largos tarsos rojos, su pico que llega a los 7 cm. y su contrastado plumaje blanquinegro. La cigüeñuela común es un ave frecuente en las salinas.
Les Pesqueres reúne en su mirador un pequeño universo de toponimias, creadas a partir de las actividades pesqueras que los hombres de Xàbia y las poblaciones vecinas han desarrollado en las verticales paredes de sus acantilados, a pesar de las obvias dificultades, fácilmente perceptibles desde el mirador. Sobre las peñas o encima de un frágil cañizo, los hombres se colocan para pescar, especialmente en las largas y oscuras noches de invierno.
Otra defensa del litoral fue erigida en la Punta d´Ambolo, conocida también como la torre del Descubridor, con un solo piso y dos garitas ya desaparecidas. Su privilegiada situación permite recorrer con la vista desde el Cabo de la Nao hasta la Punta de Moraira.
Paisaje idílico, lo recomiendo!!
Mirador con zona de picnic y aparcamiento habilitado. La Muntanyeta Verda, un pequeño promontorio de unos 50 metros de altura, está situada en el extremo noroeste del Parque Natural. En ella se encuentra representada gran parte de la vegetación propia de la montaña mediterránea.
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