En el punto más alto del núcleo urbano se alza la iglesia. El templo religioso fue construido entre 1710 y 1774 y hasta mediados del s. XX ha sufrido remodelaciones. La iglesia parroquial está dedicada a Santa María Magdalena. La austeridad exterior descubre en el interior una rica ornamentación dominada por el blanco y el dorado. La edificación del templo se empezó sobre una antigua ermita. En un principio la iglesia estaba formada por tres capillas a ambos lados y en el centro el altar mayor dedicado a la patrona, San Roque y San Cristóbal. Una de las ampliaciones y remodelaciones más significativas fue la realizada en 1911, cuando la cúpula adquirió el vistoso mosaico actual con tejas azules y blancas. En ese momento se construyó la capilla de la comunión, las gradas del presbiterio y la galería transagrario y se pavimentó. Al mismo tiempo, se ornamentó el edificio con la bóveda de pechinas, cornisas, pilastras de todo el templo. En 1921 se alzó el campanario y en 1953 se actuó en la fachada para colocar el reloj en 1961. A grandes rasgos el interior de la iglesia es de un estilo barroco sencillo con rasgos neoclásicos. Existen, sin embargo, en el exterior algunas formas que recuerdan al neogótico como el arco del campanario a través del cual vemos la campana. El exterior es mucho más sencillo, en material de piedra tosca en la fachada, y una entrada adintelada, neoclásica, muy equilibrada y sencilla. En ella se puede observar una hornacina a Santa María Magdalena.
Se encuentra ubicada en la Sierra de Olta, en la zona recreativa "Area recreativa de la Ermita Vella", a la cual se accede por un sendero que parte de la Zona de Acampada "Monte Oltá" PR-CV 340. La construcción es del año 2002, destaca la cubierta a dos aguas en teja curva, y la piedra utilizada como material principal.
La fundación de la ermita consta de finales del siglo XIV. La elección del titular de la misma, San Cristóbal, está relacionada por su emplazamiento como punto de control de las entradas por el norte y por el este a Cocentaina. El edificio tiene planta rectangular de 11,70 x 2,80 metros, compuesto por una nave oratorio, sacristía y casa/hostal, esta última destinada en un principio como residencia del ermitaño y actualmente como restaurante. En el altar principal hay un retablo del titular de la ermita pintado en 1815 a costa de Soler y Diego, escribano de Cocentaina, restaurado en el año 1995. Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XV vivía el ermitaño Pedro Juan Escuder, personaje mítico en Cocentaina por sus profecías. El conjunto arquitectónico y el paraje se han convertido en un lugar de ocio importante, habilitado para uso y disfrute, es considerado como un punto importante de visita para los propios habitantes de Cocentaina, pueblos vecinos y visitantes.
La ermita de Santa Bárbara de Monóvar (Provincia de Alicante, España), situada en la calle Santa Bárbara de dicha localidad es un edificio religioso construido en el siglo XVIII en estilo barroco. Edificada sobre una de las dos colinas que dominan la ciudad, se divisa desde la lejanía, y dibuja, junto con el castillo y la Torre del Reloj, la silueta característica de Monóvar. Fue construida, sobre un gran basamento de piedra, a finales del siglo XVIII, tras demoler la anterior, que fue levantada entre 1692 y 1694 por Tomás Estacio. El estilo de la ermita sigue modelos del barroco valenciano, pero deriva de posiciones claramente barrocas italianas, con una suave mezcla de neoclásico. Es la única de la diócesis que utiliza la curva, y solo existe otra ermita de estas características en toda la Comunidad Valenciana, la capilla de la Comunión de Santa María de Elche. Sus autores pueden ser José Gonzálvez de Coniedo o Lorenzo Chápuli. Se trata de un edificio aislado de planta rectangular dividido en tres espacios diferenciados. Al sur un atrio porticado con tres arcos sobre columnas de piedra, en la zona intermedia la capilla de planta elíptica y al norte la sacristía o casa de la santera. Una cúpula de media naranja se apoya sobre la cornisa; cúpula que en el trasdós (al exterior) se observa en doble curvatura, terminada en teja vidriada en color azul Al interior destaca el suelo de grandes losas de piedra, y la decoración a base de guirnaldas, cenefas, Llorones en relieve y la utilización de capiteles corintios.
Se trata de un templo de planta de cruz latina. La nave principal está cubierta por una bóveda de cañón seguido con cúpula semiesférica, con lunetos donde se ubican las ventanas, mientras que las dos naves laterales, formadas por la perforación de los contrafuertes alojan las capillas donde se veneran diversas imágenes. El crucero, con cúpula sobre pechinas esculpidas, se forma por la discontinuidad de las capillas laterales. Por el lado del Evangelio, se accede a la Capilla de la Virgen del Remedio. De grandes dimensiones, tiene entrada propia, por el 'jardinet' (jardincito), la cual presenta en su exterior dos columnas sosteniendo una cornisa y, sobre aquellas, otras dos que sirven de adorno a un nicho ocupado por la imagen de la Virgen del Remedio, esculpida en 1765. En su interior, un interesante retablo de madera dorada y policromada, recientemente restaurado, obra realizada en 1774 por el escultor Francisco Mira aloja el camarín con la imagen de la patrona de Monóvar presidiendo la capilla de la que destaca también su cúpula sobre pechinas esculpidas con relieves sobre la vida de la Virgen. A través de esta capilla se accede a una tercera dedicada a San Miguel Arcángel, de tipo neoclásico, construida en 1813, más pequeña, de planta rectangular y bóveda de cañón, que se encuentra en estado de ruinas. En el crucero, en el lado de la Epístola, se halla adosado un órgano barroco, de caja de José Martín, originalmente construido en 1771 por el conquense Julián de la Orden y reconstruido en siglo XIX por Alberto Randeynes (1893). Fue restaurado en su totalidad a lo largo del 2007. Esta iglesia, aunque sencilla, es muy sólida, por ser toda de piedra de cantería, excepto las bóvedas. Cuenta con dos torres, una de ellas inacabada, por lo que únicamente se ve una.
La actual iglesia y convento de los Franciscanos de Cocentaina ocupa el espacio de una antigua ermita del siglo XIV dedicada a San Sebastián Mártir. En 1561 los frailes de la orden franciscana acondicionan el antiguo edificio y fundan el convento. La edificación que ha pervivido hasta nuestros días tiene su origen a finales del siglo XVI, momento en el que se inicia la construcción de la iglesia siguiendo el diseño renacentista de los hermanos Andrés y Jaime Terol, bajo el patrocinio de los condes de Cocentaina. En 1604 terminan las obras entre las que se incluye la Tribuna de los Condes y su Panteón. A partir de ese momento se llevaron a cabo diversas obras de reforma, tales como la ampliación de la capilla de la Tercera Orden, o del Santísimo Cristo, terminada en 1726, obra atribuida al maestro de obras Tomás Peris. La perfecta integración de los estilos renacentistas y barrocos se aprecia en las diversas estancias que se conservan en su interior. En su visita se puede contemplar la ornamentación barroca del presbiterio, la recién recuperada tribuna de los condes de Cocentaina con la representación del escudo de los condes integrados en un espacio de proporción renacentista, la pinturas murales del trasagrario del siglo XVIII y los lunetos del claustro en los que se representa la vida de San Francisco de Asís, obra del padre Antonio Vilanueva. Posiblemente, como único testimonio de de la antigua ermita, se expone en la capilla la cruz gótica tallada en piedra del siglo XV, con una replica en la plaza del convento.
Edificada entre los siglos XIV y XVI es uno de los ejemplos góticos-renacentistas más importantes de la Comunidad Valenciana. Está fuertemente influenciado por el gótico catalán, adquiriendo en este templo un carácter más monumental. Su interior es de tres naves y girola y en él destacan doce imponentes columnas helicoidales, que constituyen uno de los escasos ejemplos en España dentro de iglesias. A finales del siglo XV, la familia Medina promueve la construcción del templo, que abarca todo el siglo XVI, asimilando el estilo renacentista para elementos como la puerta de acceso a la Sacristía y el aula capitular. También es notable la pila bautismal, realizada por Jacobo Florentino en piedra caliza y, a los pies del altar, los restos de la reja labrada en 1563. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931 y es Bien de Interés Cultural.
Esta iglesia fue levantada en el siglo XVI sobre la antigua mezquita mayor musulmana de Villena, momento en el que pasó a convertirse en la iglesia de El Rabal, el arrabal fuera de las murallas medievales de Villena. Siguiendo las normas estilísticas de las iglesias de la Reconquista, consta de una sola nave con bóveda gótica de crucería sostenida por arcos con relieves renacentistas y su cabecera poligonal carece de girola. Destaca la bella fachada principal, enmarcada por una portada barroca que alberga a la Virgen de la Asunción en una hornacina. La Iglesia está declarada Bien de Relevancia Local. LOCALIZACIÓN Dirección: Plaza Sta. María, 10 Teléfono: 965 80 06 72 El edificio es accesible para personas de movilidad reducida. Para visitas guiadas para grupos: concertar en Tourist Info Castillo de Villena o Tourist Info Plaza de Santiago.
El santuario de Nuestra Señora de las Virtudes, también llamado Monasterio de las Virtudes está situado en la pedanía de Las Virtudes, en el término municipal de Villena (Alicante, España). Se encuentra en un paraje natural junto a una antigua laguna, actualmente desecada, y a unos 5 km de la ciudad, en las cercanías de la Fuente del Chopo. Se accede al conjunto desde el lado este donde se encuentra la portada renacentista. Esta se divide en dos cuerpos; el inferior con un arco de medio punto entre columnas compuestas sobre un basamento. Un friso decorado con elementos figurativos y antropomorfos da paso al cuerpo superior, que tiene en la parte central una hornacina avenerada donde se encuentra la imagen de la virgen de las Virtudes. Está realizada en piedra con decoración en bajorrelieves de guirnaldas y medallones con figuras, característico del estilo renacentista. El acceso conduce al patio rectangular de dos pisos. La parte baja se ordena mediante arcos carpaneles realizados en ladrillo. El piso superior presenta ventanas balconeras. Las galerías del claustro se cubren con revoltones y vigas de madera cara vista. La iglesia consta de una nave principal y dos laterales de menor tamaño. Está dividida en tres tramos, con un camarín a la derecha del altar y coro alto a los pies. El acceso se realiza por el claustro al segundo tramo del lado de la Epístola (el de la derecha). Arcos apuntados separan los tramos cubiertos con bóvedas de crucería que apoyan en ménsulas recayentes en pilares cuadrangulares. Al lado del altar se encuentra el camarín de la Virgen, de estilo barroco, realizado en el siglo XVII y de planta cuadrada; está decorado a base de estucos y pinturas que cubren todo el espacio. Las pinturas son del siglo XVIII. Al exterior se advierten los contrafuertes de la iglesia, el campanario de reducidas dimensiones y la pequeña cúpula del camarín. A la entrada de la Ermita se recogen en azulejos la historia y milagros obrados por La Virgen de las Virtudes. En la explanada de acceso se encuentra situada la fuente con la escultura de La Rana, que data de 1916.
La Basílica de Nuestra Señora del Socorro es una edificación religiosa que pertenece al estilo artístico denominado barroco valenciano levantino. Su gran tamaño se debe a la voluntad de los Duques de Maqueda-Arcos por construir un templo. La construcción se realizó en distintas fases, comenzando las obras alrededor de la década 1650. En una primera etapa se construyó la nave hasta donde concluyen las capillas. Este periodo acabaría alrededor de 1674, estando al frente de las obras los arquitectos Francesc Verde y Pere Quintana, que fueron los mismos maestros arquitectos que trabajaron en Santa María de Elche. Posteriormente se da un nuevo empuje construyendo la capilla de comunión entre 1722 y 1729, que se sitúa adosada a la cabecera de la iglesia de manera trasversal. El lugar que ocupa la capilla de comunión fue el emplazamiento de la vieja iglesia, que a su vez había sido la mezquita musulmana. Finalmente, entre 1729 y 1737 se concluyen las obras del templo, levantándose la Cúpula y el Campanario por el maestro cantero Lorenzo Chápuli. La forma que tiene el templo es longitudinal y cruciforme, expresión de la arquitectura clásica de la segunda mitad del siglo XVI. Consta de una nave única, para dar sensación de amplitud, sin obstáculos para poder visualizar bien el altar. En los laterales encontramos pequeñas capillas entre contrafuertes que se comunican entre sí para así no interrumpir el oficio religioso. El acceso a estas se hace desde la nave central mediante arcos de medio punto de elevada rosca. Los pilares que separan las capillas están marcados por cruces rojas inscritas en un círculo, símbolo que se realizó durante la última consagración del templo y que reproduce a los doce apóstoles como columnas espirituales de la iglesia. La planta longitudinal tiene una clara relación con el altar mayor que se eleva sobre tres escalones. En él encontramos el retablo mayor, el cual, es de madera en forma semicircular que se adapta al altar. Fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII y corresponde al estilo rococó. En el centro del retablo hay una hornacina que alberga la imagen de Ntra. Sra. del Socorro, una escultura de mediados del siglo XX. Las calles laterales contienen hornacinas con las tallas de San Pedro y San Pablo. En el ático podemos observar un relieve de la Gloria, donde el Padre Eterno está emergiendo de una nube rodeada de ángeles-niño y aparece representada la paloma como símbolo del Espíritu Santo. La techumbre está cubierta con bóveda de cañón con lunetos, que son esas pequeñas bóvedas en forma de media luna que se utilizan para dar luz a la bóveda principal. En las pechinas (triángulos curvilíneos que forman el anillo de la cúpula y descansan sobre los arcos), están las representaciones de los cuatro evangelistas con su signo distintivo: Mateo con el Ángel, Marcos con el León, Lucas con el Buey, Juan con el Águila. Dispone de tres portadas de acceso. La portada principal dedicada a la titular de la parroquia, Nuestra Señora del Socorro, cuya autoría se atribuye, según los estudios más modernos, al escultor Juan Antonio Salvatierra, seguidor de Nicolás de Bussi La portada lateral del lado del Evangelio está dedicada a Santa Teresa de Jesús y la puerta del lado de la Epístola a San Juan Bautista. Destacamos: Ángeles, que los encontramos en las 3 fachadas, son intermediarios entre nuestro mundo y el de la divinidad. Frutos, simbolizan la abundancia y dan respuesta al deseo de inmortalidad. Flores constituyen el elemento simbólico más abundante del templo, simboliza la fugacidad de las cosas. Hojas, muy abundantes en la fachada, simbolizan el conjunto de una colectividad, unida en una misma acción y en un mismo pensamiento. El sol y la luna son signos contrarios que representa los conflictos de fuerzas y lo negativo y lo positivo. Las columnas, mascaras, mascarones y querubines, simbolizan que van a proteger de todo aquel que no entre con predisposición de abrirse a la divinidad. La torre simboliza la necesidad de estar vigilando siempre. El diablo simboliza que permaneciendo ciegamente sometido al instinto, se producirá la caída del espíritu. La corona simboliza la recompensa a la prueba de la vida y por tanto una promesa de vida inmortal. La parroquia fue reconocida con la distinción de Basílica Menor por el papa Benedicto XVI mediante bula emitida el 15 de julio de 2006, sumándose a las basílicas de Santa María de Alicante y Santa María de Elche, reconociendo así la importancia e influencia del templo en las celebraciones religiosas, sobre todo las Fiestas Patronales en honor a Ntra. Sra. de las Nieves.
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